El influencer y comunicador Franklin Robinson volvió a encender el debate social al abordar uno de los temas más sensibles del país: la calidad de los servicios públicos, especialmente en el ámbito educativo. A través de sus plataformas digitales, Robinson señaló que desde hace varios gobiernos se ha debilitado deliberadamente la confianza y la aspiración de la ciudadanía hacia lo público.
“Convenientemente han generado que las personas no aspiren a tener servicios públicos de calidad”, expresó el influencer, quien ha ganado notoriedad por su estilo directo y por abordar con frecuencia temas sociales de fondo.
Robinson recordó que en otros países, los servicios públicos —incluyendo escuelas, hospitales y transporte— no solo son de mejor calidad que los privados, sino que son motivo de orgullo. “Hay lugares donde es de mayor honra estudiar en lo público, que en lo privado, como pasaba antes en Panamá”, dijo, evocando una época en la que la educación pública era sinónimo de excelencia y prestigio.
La educación como factor de desigualdad
En sus declaraciones, el influencer también criticó la lógica de exclusión que se ha generado alrededor de los servicios públicos deteriorados. Señaló que si estos fueran de calidad, la vida de muchos panameños sería distinta, con menos deudas, menos estrés y más bienestar colectivo.
“Si todo lo público fuera de calidad, muchos de nosotros tuviéramos mejor calidad de vida porque no deberíamos de estar gastando en nada servicios privados y no estuviéramos ahorcados con deudas, estrés y preocupaciones”, afirmó.
Un llamado al rescate de lo público
Las declaraciones de Robinson resuenan en un contexto en el que amplios sectores de la población cuestionan la falta de inversión en infraestructura educativa, el mal estado de las escuelas públicas, y las brechas sociales que esto genera. Su llamado no solo denuncia el problema, sino que propone una mirada distinta: rescatar el valor de lo público como símbolo de equidad, progreso y orgullo nacional.
El mensaje ha sido ampliamente compartido en redes sociales y ha generado un amplio debate entre docentes, padres de familia, estudiantes y líderes de opinión. Para muchos, sus palabras reflejan una realidad que ha sido ignorada por demasiado tiempo.