El problema de la recolección y gestión de residuos en Panamá ha alcanzado niveles críticos. Las calles de nuestras ciudades, desde la capital hasta las comunidades más alejadas, reflejan un sistema ineficiente que, lejos de mejorar, ha empeorado con el tiempo. La realidad es innegable: la privatización del servicio ha fracasado. Las concesiones otorgadas a empresas privadas han demostrado ser incapaces de ofrecer una solución sostenible, eficiente y de calidad. Es momento de replantear el modelo y crear una Empresa Pública Nacional de Gestión de Residuos, con una estructura de inversión mixta que involucre al Estado, los trabajadores y El Canal de Panamá.
El problema actual: Privatización sin resultados
El manejo de los desechos sólidos ha sido relegado a empresas privadas que no han cumplido con los estándares necesarios para garantizar un servicio óptimo. Las calles sucias, los vertederos saturados y la proliferación de desechos en ríos y mares son prueba de ello. No se han hecho inversiones en infraestructura ni se han optimizado rutas y métodos de recolección. En lugar de eso, la ineficiencia y la falta de supervisión han derivado en un caos administrativo y operativo.
La situación no solo afecta la estética de nuestras ciudades, sino que también representa un problema sanitario y ambiental de gran magnitud. La salud de los panameños está en riesgo, y la imagen del país se deteriora ante la falta de una estrategia efectiva para el manejo de residuos.
Una nueva visión: Inversión mixta y descentralización
La solución debe partir de un modelo estructuralmente sólido, con una Empresa Pública Nacional de Gestión de Residuos que opere bajo un esquema de inversión mixta entre el Estado, los trabajadores del sector y el Canal de Panamá.
- El Estado debe liderar la planificación y regulación del sistema, asegurando el cumplimiento de estándares de eficiencia y sostenibilidad.
- Los trabajadores deben ser parte del esquema de inversión y gestión, garantizando estabilidad laboral y compromiso con el servicio.
- El Canal de Panamá, como entidad clave en el desarrollo del país, puede aportar tanto en financiamiento como en tecnología y logística, ayudando a optimizar los procesos.
Esta empresa debe contar con subdivisiones provinciales, cada una con autonomía operativa dentro de un Plan Nacional de Desarrollo Estructural de Gestión de Residuos, permitiendo adaptar las soluciones a las necesidades específicas de cada región.
Beneficios de una empresa pública con inversión mixta
- Eficiencia y control estatal, garantizando la calidad del servicio sin depender de concesiones privadas fallidas.
- Participación de los trabajadores, creando empleos formales y asegurando que el personal esté capacitado y comprometido con la operación.
- Inversión sostenible, permitiendo la implementación de tecnología moderna para la gestión de residuos, desde la recolección hasta el tratamiento final.
- Enfoque ambiental, con estrategias de reciclaje y reducción de desechos que minimicen el impacto ecológico.
- Desarrollo local, permitiendo que cada provincia maneje sus residuos de manera eficiente sin depender de una estructura centralizada inoperante.
Un país más limpio es posible
Es momento de tomar decisiones firmes y estructuradas. Panamá no puede seguir dependiendo de un modelo privatizado que ha demostrado su ineficiencia. Con una Empresa Pública Nacional de Gestión de Residuos, basada en inversión mixta y con un plan de desarrollo estructural sólido, podemos transformar la manera en que manejamos nuestros desechos y mejorar la calidad de vida de todos los panameños.
Un país más limpio no es solo un deseo, es una necesidad. Y la solución está en nuestras manos.
Por: Aldo López-Tirone «The Wolfe». Deseas más información sobre temas de negocios sígueme en mis redes sociales y en mi página web.
(Las opiniones dadas por el autor Aldo López Tirone, son responsabilidad de él y no es parte de las opiniones de este medio).