Mientras miles de panameños buscan promociones para volar o hacer rendir cada centavo en tiempos de incertidumbre económica, algunos funcionarios parecen vivir en una realidad paralela. Rafael Rojas Pardini, quien se desempeñó como Ministro Consejero de Facilitación de la Inversión Privada y fue miembro de la Junta Directiva de Panama Ports Company (PPC), representa uno de los ejemplos más evidentes de esa desconexión entre el poder y el pueblo.
A la ya polémica compra de un apartamento valorado en un millón y medio de dólares en The Pole, uno de los edificios más lujosos y exclusivos del país, se le suma ahora su historial de viajes con gastos estratosféricos. Todo esto ocurrió mientras ocupaba cargos claves donde debía representar y proteger los intereses del Estado, en especial durante la cuestionada renovación del contrato con PPC, que dejó más preguntas que respuestas.
Según registros oficiales, Rojas Pardini realizó costosos viajes oficiales que hoy generan aún más sospechas:
En noviembre de 2021, viajó a Singapur con un gasto de $8,224.00 solo en pasajes, y $4,200.00 en viáticos, sumando un total de $12,424.00.
En mayo de 2022, visitó Suiza por un costo de $10,196.00.
Ese mismo año, volvió a Suiza en otro viaje que costó $8,682.98.
En total, Rojas Pardini gastó $64,842.00 del erario público en sus travesías internacionales. Un monto considerable que contrasta con la austeridad que muchos panameños enfrentan a diario.
Estos viajes no son meros traslados diplomáticos, sino reflejo de una conducta privilegiada. Y cuando se enlaza esto con la compra de su lujoso apartamento en The Pole, donde es vecino de su socio y también exministro Rafael Sabonge, el panorama se vuelve más oscuro.
Recordemos que Rojas Pardini, como miembro de la Junta Directiva de PPC, debió ser garante de los intereses nacionales durante la renovación del contrato con la empresa portuaria. Sin embargo, en lugar de transparencia, lo que se ha evidenciado es una red de privilegios, silencios cómodos y un estilo de vida que no cuadra con el rol de servidor público.
¿Puede justificarse este tren de vida con el salario de un ministro? ¿Cuántos más viven bajo el mismo manto de opulencia mientras la ciudadanía pide cuentas? ¿Quién verdaderamente defendió a Panamá en la negociación con PPC?
El caso de Rojas Pardini es más que un escándalo puntual: es un espejo de la cultura de impunidad que persiste en nuestras instituciones. Y cada viaje, cada compra lujosa, cada silencio ante el pueblo, es una bofetada a la esperanza de una nación que aún cree en la justicia y la rendición de cuentas.