Hoy, desde el corazón de la Provincia de Bocas del Toro, se alza un grito poderoso que ya no puede seguir siendo ignorado: “¡Queremos trabajar! ¡No más cierres!”. Este es el clamor de la mayoría silenciosa —trabajadora, honesta y productiva— que ha sido secuestrada por la intransigencia de unos pocos.
Los cierres de calles, promovidos por sectores radicales, no solo han paralizado la economía regional, sino que también han puesto en jaque el futuro de miles de familias. El sector turismo de Isla Colón, considerado el segundo destino más visitado de Panamá después del Canal, sufre las consecuencias de una imagen internacional deteriorada por el desorden.
“La imagen internacional que tanto nos costó levantar se ha tirado a la basura”, afirma un empresario turístico de la isla.
En medio del caos, se suma un golpe profundo: la salida definitiva de Chiquita Brands, que ha dejado un saldo de más de 7,000 empleos perdidos. Sin embargo, los agricultores independientes de banano, que ya superan en generación de empleo a la multinacional, han alzado la voz:
“No puede ser que un grupo pequeño tenga esta provincia secuestrada. Nosotros queremos producir, no protestar”, manifiesta un productor local.
La situación es crítica también para los productores de cacao, considerado uno de los mejores del mundo. El cierre de rutas y la interrupción de la cadena logística amenazan con borrar del mapa a decenas de fincas familiares que dependen de este rubro. El cacao, orgullo de Bocas, hoy se marchita en silencio.
La crisis se profundiza. Hoy, Bocas del Toro enfrenta una tormenta perfecta: una emergencia sanitaria, una creciente escasez de alimentos y el colapso económico de miles de pequeños comerciantes. La inacción no es una opción. Los micro, pequeños y medianos empresarios ya han comenzado a cerrar sus puertas, agotados por la incertidumbre y la imposibilidad de operar.
Ante esta realidad, el llamado de los bocatoreños es claro y rotundo:
¡Queremos paz, trabajo y desarrollo! ¡NO a los cierres, sí al diálogo y al respeto a la mayoría!
El gobierno del presidente José Raúl Mulino ha sido enfático en defender el orden, el derecho al trabajo y el desarrollo económico como pilares de su gestión. Y hoy, más que nunca, se necesita de una acción decidida para restaurar la normalidad y frenar la caída libre de una provincia que merece progreso.
Bocas quiere avanzar. Bocas quiere producir. Bocas quiere vivir en paz. La mayoría lo pide. La mayoría lo exige. Es hora de escucharlos.