El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, concedió una entrevista a DW donde abordó temas cruciales para el país y la región, destacando la crisis migratoria venezolana y las relaciones internacionales de Panamá.
Mulino expresó su preocupación por la situación en Venezuela, instando a la comunidad internacional a aumentar las sanciones y el aislamiento del régimen de Maduro. Defendió las medidas tomadas por Panamá, incluyendo la suspensión de vuelos y la ruptura de relaciones diplomáticas.
Respecto a la crisis migratoria, el mandatario reveló que Panamá gasta alrededor de 100 millones de dólares anuales en atender el flujo migratorio. Destacó la redirección del flujo hacia Peñas Blancas y una disminución en el número de migrantes comparado con el año anterior.
El presidente también abordó la inclusión de Panamá en listas negras de paraísos fiscales, rechazando enérgicamente esta clasificación y prometiendo llevar el tema ante la Asamblea General de la ONU.
Finalmente, Mulino aclaró su posición respecto a Nicaragua, calificándola como una dictadura, pero respetando el derecho de asilo político del expresidente Ricardo Martinelli en la embajada nicaragüense en Panamá.