El apoyo de Estados Unidos a Taiwán se mantiene firme y decidido, con un enfoque en garantizar la defensa de la isla ante las crecientes amenazas de China. Raymond F. Greene, principal enviado estadounidense a Taiwán, destacó que este respaldo es «sólido, basado en principios y bipartidista», asegurando que Washington continuará cumpliendo con sus compromisos para proteger a Taiwán, un aliado clave en la región.
En un contexto global marcado por tensiones en Ucrania y Oriente Medio, las declaraciones de Greene subrayan la importancia que Estados Unidos otorga a la seguridad en el estrecho de Taiwán, una vía marítima crucial. Greene enfatizó que Estados Unidos «mantendrá la capacidad de resistir cualquier recurso a la fuerza u otras formas de coerción contra Taiwán», conforme a lo establecido en la Ley de Relaciones con Taiwán, que ha guiado la política estadounidense hacia la isla desde 1979.
Desde 2010, el Poder Ejecutivo de EE.UU. ha notificado al Congreso ventas militares a Taiwán por un valor de aproximadamente 38.400 millones de dólares, incluidos más de 6.400 millones bajo la administración de Joe Biden. Este apoyo ha permitido a Taiwán recibir y mejorar su capacidad de defensa con la llegada de aviones de combate F-16, tanques Abrams, y otros equipos militares avanzados.
Además, Taiwán ha avanzado en la producción de armamento nacional, como submarinos y misiles, fortaleciendo aún más su capacidad de defensa. Greene, quien asumió su cargo como director del Instituto Americano en Taiwán hace dos meses, destacó la prioridad que representa Taiwán para Estados Unidos, no solo en términos de seguridad, sino también en su relación comercial, cultural y política.
Este tema fue central durante la reciente visita del asesor de seguridad nacional estadounidense, Jake Sullivan, a China, donde sostuvo conversaciones con el líder chino Xi Jinping y otros altos funcionarios. Aunque las tensiones entre ambos países han aumentado, la reunión fue vista como un esfuerzo crucial para mantener abiertas las vías de comunicación.
China, por su parte, ha expresado su descontento con la «colusión militar» entre Estados Unidos y Taiwán, instando a Washington a detener el suministro de armamento a la isla. A pesar de las tensiones, Estados Unidos sigue comprometido con la paz y la estabilidad en la región, un punto que Sullivan destacó durante sus encuentros con las autoridades chinas.
El respaldo estadounidense a Taiwán refuerza su papel como un baluarte de la democracia en una región donde las tensiones geopolíticas continúan escalando. A medida que avanza el tiempo, la relación entre Washington y Taipéi seguirá siendo un factor clave en la estabilidad del Indo-Pacífico.