Si algo nos ha enseñado José Raúl Mulino es que cuando se quiere hacer las cosas bien solo basta un cambio de «Timon» una actitud nueva y la magia ocurre.
En casi 60 días este país cambió su percepción, pasamos de la queja y la desesperanza, al Sí se puede y la esperanza.
De un gobierno ausente a un gobierno presente, de ocultarse de las cámaras a dar la cara cada jueves o cada vez que el momento lo amerite.
Pasamos de la inacción por la corrupción, a la acción por el bienestar. Nuestro país es observado por muchos este gobierno no ha parado su caminar internacional, la última vez que vimos tanta acción fue en la era de Omar Torrijos.
Hoy José Raúl Mulino marca un nuevo orden de gobernar y mientras tanto no olvida que es Padre y Abuelo.
Panamá volvió a sonreír y a soñar, ahora depende de nuestro accionar convertir lo invisible en visible y sé que lo haremos