En el Día Mundial del Sueño que se celebra este viernes, expertos destacan que dormir adecuadamente no es un lujo sino una necesidad biológica fundamental para la salud física y mental. Reconocidos especialistas explican los múltiples beneficios de mantener hábitos de sueño saludables y advierten sobre los riesgos de la privación de descanso.
Los beneficios esenciales de un buen descanso
Un sueño reparador no solo combate la fatiga diaria, sino que resulta crucial para numerosas funciones corporales y cerebrales. La doctora Sofía Luján, neuróloga y miembro de la Unidad de Medicina de Sueño de Fleni, señala que «un buen descanso mejora la atención, la memoria y la estabilidad emocional, además de regular procesos metabólicos y fortalecer nuestras defensas».
Según las investigaciones de instituciones como la Sleep Foundation, la Escuela de Medicina de Harvard y los CDC, estos son los principales beneficios para la salud:
- Fortalecimiento del sistema inmune: Durante el sueño, el cuerpo produce citocinas, proteínas esenciales para combatir infecciones y reducir inflamaciones.
- Regulación emocional: El descanso nocturno permite que el cerebro procese recuerdos emocionales sin la carga del estrés. «Dormir bien mejora la capacidad de afrontar problemas y regula la intensidad de la angustia», indica el neurólogo Alejandro Andersson, director del Instituto de Neurología Buenos Aires.
- Memoria y aprendizaje: Mientras dormimos, el cerebro consolida la información adquirida y refuerza conexiones neuronales, facilitando el aprendizaje.
- Salud cardiovascular: El descanso adecuado reduce la presión arterial y la frecuencia cardíaca, disminuyendo el riesgo de hipertensión e infartos.
- Control metabólico: «El sueño influye en el apetito porque regula las hormonas grelina y leptina», explica Luján. Un descanso insuficiente altera este equilibrio y puede contribuir a la obesidad.
- Protección neurológica: La doctora Stella Maris Valiensi, especialista del Hospital Italiano de Buenos Aires, destaca que «dormir bien permite eliminar toxinas cerebrales que pueden acelerar enfermedades neurodegenerativas».
- Prevención oncológica: Estudios recientes vinculan el descanso nocturno prolongado con menor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.
- Rendimiento físico: Durante el sueño profundo, el cuerpo produce hormonas de crecimiento esenciales para la reparación muscular.
- Mayor calidad de vida: Un descanso adecuado mejora el estado de ánimo, la productividad y el bienestar general a largo plazo.
¿Cuántas horas debemos dormir?
Las necesidades de sueño varían según la edad. Los especialistas recomiendan:
- Recién nacidos (0-3 meses): 14-17 horas
- Bebés (4-12 meses): 12-16 horas
- Niños pequeños (1-5 años): 10-14 horas
- Niños escolares (6-12 años): 9-12 horas
- Adolescentes (13-18 años): 8-10 horas
- Adultos (18-64 años): 7-9 horas
- Adultos mayores (65+ años): 7-8 horas
Recomendaciones para optimizar el descanso
Los expertos coinciden en estas estrategias para mejorar la calidad del sueño:
- Mantener horarios regulares: Acostarse y despertar a la misma hora todos los días.
- Crear un ambiente propicio: Habitación oscura, fresca y silenciosa.
- Reducir la exposición a pantallas: La luz azul afecta la producción de melatonina.
- Cuidar la alimentación nocturna: Evitar comidas pesadas y cafeína.
- Realizar ejercicio regularmente: La actividad física mejora la calidad del sueño profundo.
«No se debe normalizar el mal descanso; es necesario consultar a un especialista en medicina del sueño», enfatiza la doctora Luján, recordando que los trastornos del sueño son condiciones médicas tratables que requieren atención profesional.
En esta jornada de concientización, los especialistas insisten en que priorizar el descanso nocturno es una inversión en salud física, mental y emocional con beneficios que impactan en todas las áreas de la vida.