El término «podredumbre cerebral» ha ganado relevancia en el último año, siendo elegida como la Palabra Oxford del Año 2024. Este fenómeno, que describe el deterioro mental causado por el consumo excesivo de contenido trivial en línea, ha experimentado un aumento del 230% en su uso entre 2023 y 2024, reflejando una creciente preocupación social.
Impacto en el cerebro
Investigaciones recientes han revelado que el uso excesivo de redes sociales y el consumo compulsivo de contenido de baja calidad pueden tener efectos alarmantes en nuestro cerebro:
- Reducción de la materia gris
- Disminución de la capacidad de atención
- Debilitamiento de la memoria
Un metaanálisis de 27 estudios de neuroimagen ha demostrado que el uso excesivo de internet está relacionado con una reducción del volumen de materia gris en regiones cerebrales críticas, responsables del procesamiento de recompensas, el control de impulsos y la toma de decisiones.
Efectos en diferentes grupos de edad
El problema afecta a todas las edades, pero es particularmente grave en jóvenes:
- Preadolescentes: Pasan 5 horas y 33 minutos diarios frente a pantallas
- Adolescentes: Alcanzan las 8 horas y 39 minutos de exposición diaria
En el ámbito educativo, el 84% de los educadores considera que las tecnologías digitales son una distracción en el aula.
Un círculo vicioso
Eduardo Fernández Jiménez, psicólogo clínico del Hospital La Paz de Madrid, explica que el bombardeo constante de estímulos variables está afectando especialmente nuestra capacidad de atención sostenida, fundamental para el aprendizaje académico. Además, un estudio publicado en Nature revela que las personas con peor salud mental son más propensas a consumir contenidos de baja calidad, lo que a su vez empeora sus síntomas.
Soluciones propuestas
Los expertos recomiendan un enfoque doble para combatir la «podredumbre cerebral»:
- Establecer límites claros en el tiempo de pantalla
- Priorizar contenidos educativos y evitar características adictivas
Actividades que requieren presencia física, como el deporte o las reuniones con amigos, son fundamentales para contrarrestar los efectos negativos del uso prolongado de pantallas.
La «podredumbre cerebral» no es solo una metáfora, sino un proceso real de deterioro cognitivo causado por nuestros hábitos digitales. Es hora de recordar que existe un mundo más allá de la pantalla, uno que nuestro cerebro está realmente diseñado para explorar.