Editorial: Hoy podemos pasar la página y construir un nuevo futuro

Editorial: Hoy podemos pasar la página y construir un nuevo futuro

En los momentos claves de la historia de las naciones, se requieren decisiones valientes. No decisiones populares o cómodas, sino aquellas que tienen el poder de cambiar el rumbo de una sociedad. Hoy, Panamá se encuentra frente a una de esas coyunturas históricas, y el llamado a una amnistía por delitos de carácter político para el expresidente Ricardo Martinelli y otros actores políticos no debe ser visto como un retroceso, sino como una apuesta decidida por la reconciliación nacional.

La amnistía no significa olvido. Tampoco significa impunidad. Significa, ante todo, madurez democrática. Significa la capacidad de una nación de entender que ninguna sociedad avanza mientras permanece atrapada en el rencor, en las vendettas políticas o en los juicios interminables que solo desgastan el alma del país. Panamá merece sanar.

Ricardo Martinelli es, sin lugar a dudas, una figura que genera emociones encontradas. Pero sería ingenuo negar su impacto en la política y la economía panameña. Su conexión con el pueblo, su carisma, su estilo frontal, su visión de país y su capacidad de gestión siguen resonando en los sectores más humildes, en los emprendedores, en los ciudadanos de a pie que vieron en su administración un período de crecimiento económico, desarrollo de infraestructura y oportunidades.

No se trata de borrar el pasado. Se trata de que el país comience a mirar hacia el futuro con esperanza. La justicia debe tener su lugar, pero la paz también. Y la paz se construye sobre la base del perdón, de la unidad, de la visión compartida de que Panamá es más importante que cualquier diferencia individual o partidista.

Este es el momento de pensar en las próximas generaciones. En un Panamá donde los recursos del Estado no se gasten en guerras legales interminables, sino en escuelas, hospitales, carreteras, oportunidades, becas y progreso.

La historia nos da ejemplos de amnistías que cambiaron naciones enteras. Sudáfrica lo hizo después del apartheid. Colombia lo ha intentado con su proceso de paz. España lo vivió después de su dictadura. Ninguna de esas decisiones fue sencilla, pero todas marcaron el inicio de una nueva era.

Hoy, Panamá puede hacer lo mismo.

El llamado es claro: pasemos la página. No para olvidar, sino para avanzar. No para dividir, sino para unir. No para favorecer a uno, sino para sanar a todos.

La amnistía propuesta debe ser el inicio de un nuevo pacto nacional. Uno en el que todos los sectores, incluyendo el judicial, el político, el empresarial y la sociedad civil, se comprometan con una sola causa: construir el Panamá que todos soñamos.

Hoy, más que nunca, es tiempo de paz.
Hoy, más que nunca, es tiempo de reconciliación.
Hoy, más que nunca… es tiempo de futuro.

— Panamá Noticias Network

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