Mulino, Churchill y la batalla por la Caja del Seguro Social, por Aldo López Tirone

Mulino, Churchill y la batalla por la Caja del Seguro Social, por Aldo López Tirone

Muchos se preguntarán qué tienen en común José Raúl Mulino, Winston Churchill y la Caja del Seguro Social. La respuesta es simple: liderazgo en tiempos de adversidad. Hay una semejanza entre Mulino y el Churchill de los años 30, cuando este último alertó sobre un futuro sombrío que el mundo ignoró. Permítame explicar.

Cuando observo la decisión del presidente Mulino de enfrentar la crisis de la Caja del Seguro Social con una reforma tan necesaria como aplazada, no puedo evitar recordar al Churchill de 1938. En ese entonces, el político británico, desde la Cámara de los Comunes, advertía sobre el peligro inminente que representaba Adolf Hitler. Sin embargo, sus palabras cayeron en oídos sordos. Sus colegas preferían ignorar el problema, incapaces o indispuestos a aceptar la realidad que tenían ante ellos.

La historia juzgó esa indiferencia con dureza: millones de vidas perdidas y la sombra del comunismo extendiéndose tras la derrota nazi. El famoso discurso de Churchill en octubre de 1938 resuena aún hoy: “Nuestro pueblo, leal y valiente, debería saber la verdad. Debería saber que ha habido un grave descuido y deficiencia en nuestras defensas; debería saber que hemos sufrido una derrota sin guerra, cuyas consecuencias nos acompañarán en el camino…”.

Hoy, en Panamá, Mulino enfrenta un escenario similar. Ha decidido arriesgar su capital político para proponer una nueva Ley de Seguro Social, algo que sus predecesores –Martinelli, Varela y Cortizo– no se atrevieron a tocar.  Como Churchill, Mulino advierte de manera cruda y realista lo que podría suceder si no actuamos ahora: la quiebra de nuestro sistema de pensiones, la desaparición de la solidaridad que sostiene nuestra salud y la imposibilidad de garantizar un futuro digno para nuestras generaciones más jóvenes.

La urgencia de la reforma

La Caja del Seguro Social lleva años al borde del colapso. Los diagnósticos son claros: un sistema desactualizado, deficitario y plagado de corrupción que no puede sostenerse por más tiempo. La solución no es popular ni fácil, pero es inaplazable. La nueva ley propuesta busca modernizar el sistema, asegurar las pensiones, garantizar servicios de salud universales y devolverles a los panameños la confianza en una institución clave para su bienestar.

Sin embargo, como ocurría con Churchill, los críticos se alzan. Algunos adversan la reforma por razones ideológicas; otros, por mero oportunismo político. Pero la historia nos ha enseñado que las decisiones valientes suelen ser las más impopulares en el momento, aunque indispensables para evitar desastres mayores.

Un llamado a la acción

No actuar ahora es condenar al Seguro Social a la desaparición, y con él, las pensiones de miles de panameños. Es también dejar sin protección a nuestras futuras generaciones, que enfrentarán un sistema de salud fragmentado e ineficaz. El paralelismo con la Europa de Churchill es inevitable: así como en su momento se ignoraron las advertencias sobre el ascenso del nazismo, hoy podríamos estar ignorando las señales de una crisis social inminente.

Es hora de dejar atrás la ceguera ideológica y los intereses mezquinos. La reforma de la Caja del Seguro Social no es un tema de partidos o colores, sino de supervivencia nacional. El presidente Mulino tiene la responsabilidad de imponer la razón con su liderazgo, tal como Churchill lo hizo en su tiempo. Su lucha no será fácil, pero es necesaria.

No repetir los errores del pasado

En el discurso de 1938, Churchill también decía: “Éste no es el fin. Éste es sólo el principio del ajuste de cuentas”. Sus palabras son un recordatorio de las consecuencias de postergar decisiones críticas. No permitamos que la historia nos juzgue como indiferentes o cobardes.

La Ley de Seguro Social debe aprobarse ahora. Si tiene defectos, siempre será mejor que lo que tenemos. Panamá merece un sistema que sea motivo de orgullo y legado de esta administración. Que esta lucha por la Caja del Seguro Social sea el comienzo de un país más justo, solidario y preparado para enfrentar los retos del futuro.

Por: Aldo López-Tirone «The Wolfe».


(Este artículo no puede interpretarse como una posición de este medio, ni del grupo D Media Group, es exclusiva responsabilidad del autor, en este caso Aldo López Tirone).

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