El Partido Revolucionario Democrático (PRD) ha sido, desde su fundación en 1979 por el general Omar Torrijos, un pilar fundamental en la política panameña. A lo largo de las décadas, ha desempeñado un papel crucial en la configuración del panorama político del país, consolidándose como una fuerza influyente y representativa de amplios sectores de la sociedad.
A pesar de la derrota sufrida en las elecciones generales de mayo de 2024, donde el PRD obtuvo apenas el 5.88% de los votos válidos, posicionándose en sexto lugar a nivel presidencial, el partido mantiene una base sólida de militantes. Según datos del Tribunal Electoral, hasta enero de 2025, el PRD cuenta con 596,436 inscritos, superando por más del doble a su rival más cercano, Realizando Metas, que registra 283,618 adherentes. Esta notable diferencia refleja la profundidad y amplitud del respaldo popular que aún posee el PRD en todo el país.
El liderazgo de Benicio Robinson ha sido determinante en la cohesión y fortaleza del partido. Como presidente del PRD y diputado por Bocas del Toro, Robinson ha demostrado una capacidad notable para mantener unido al partido en tiempos de adversidad. Su compromiso con los principios torrijistas y su habilidad para navegar las complejidades del panorama político panameño han sido esenciales para preservar la relevancia del PRD. Bajo su dirección, el partido ha iniciado un proceso de reflexión y reestructuración, reconociendo la necesidad de adaptarse a las nuevas realidades políticas y sociales del país.
La derrota electoral de 2024 ha sido interpretada por muchos analistas como una consecuencia de la selección del candidato presidencial, más que una disminución en la confianza hacia el partido en sí. Esta perspectiva sugiere que, con una reingeniería estratégica y un retorno a las bases ideológicas del torrijismo, el PRD tiene el potencial de resurgir con fuerza en las elecciones de 2029. Este enfoque implicaría una renovación interna que priorice la inclusión, la transparencia y una conexión más estrecha con las necesidades y aspiraciones de la ciudadanía.
Es innegable que el PRD enfrenta desafíos significativos. La pérdida de más de 9,000 miembros en un período reciente indica una necesidad urgente de revitalizar y modernizar el partido para atraer y retener a una membresía comprometida. Sin embargo, la estructura organizativa del PRD, que incluye 26 áreas de organización, 10 Comités Ejecutivos Nacionales y más de 4,200 delegados, proporciona una base sólida para implementar cambios efectivos y fomentar una participación activa de sus miembros.
El panorama político panameño está en constante evolución, y el PRD tiene la oportunidad de redefinir su papel en este contexto. Al enfocarse en una agenda que refleje las preocupaciones actuales de la población y al promover líderes que encarnen los valores y principios fundacionales del partido, el PRD puede recuperar su posición dominante en la política nacional. La experiencia y el liderazgo de figuras como Benicio Robinson serán cruciales en este proceso de transformación y renovación.
En conclusión, aunque el PRD enfrentó una derrota significativa en las elecciones de 2024, su considerable base de militantes y su estructura organizativa robusta lo posicionan como la fuerza política más grande y potencialmente más influyente de Panamá. Con un liderazgo sólido y una estrategia enfocada en la reingeniería interna y el retorno a los principios torrijistas, el PRD está bien posicionado para ser una opción viable y competitiva en las elecciones de 2029, reafirmando su compromiso con el desarrollo y bienestar del país.