El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, junto a la primera dama Maricel Cohen de Mulino, encabezaron hoy una ceremonia religiosa en honor al fallecido Papa Francisco. La misa se celebró en la Catedral Basílica Santa María la Antigua de la ciudad capital, congregando a altos funcionarios del gobierno y representantes de distintos poderes del Estado.
Entre los asistentes destacados se encontraban la presidenta de la Asamblea Nacional, Dana Castañeda, y la magistrada María Eugenia López Arias, titular de la Corte Suprema de Justicia. También participaron miembros del cuerpo diplomático acreditado en Panamá y representantes de la Conferencia Episcopal Panameña.
La ceremonia fue oficiada por Monseñor José Domingo Ulloa, quien en su homilía resaltó el profundo impacto del pontificado de Francisco. «El papa Francisco abogó por los pobres, por los marginados, por los migrantes, que tienen rostro, y nos instó a acogerlos», expresó Ulloa durante la celebración.
El arzobispo enfatizó que el legado del pontífice va más allá de las palabras: «Su legado no es una forma de discurso. Nos insta a salir de la indiferencia, que la Iglesia no es una institución encerrada en sí misma y la fe no se protege encerrándola, sino compartiéndola».
Ulloa también recordó la histórica visita del Papa Francisco a Panamá durante la Jornada Mundial de la Juventud, un acontecimiento que marcó profundamente al país y a toda la región. El religioso concluyó su mensaje haciendo un llamado a «tocar más corazones y acercarse más a las comunidades» como parte del legado que dejó el Santo Padre.