Consuelo Sandoval Meza, embajadora de Nicaragua en Panamá, presentó su renuncia el 24 de diciembre de 2024, según confirmaron fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores panameño. Esta decisión se produce dos semanas después de que el gobierno de Panamá la convocara para expresar su preocupación sobre la situación del expresidente Ricardo Martinelli, asilado en la embajada nicaragüense desde febrero.
Contexto del Asilo de Martinelli
Ricardo Martinelli se refugió en la embajada de Nicaragua en Panamá el 7 de febrero de 2024, buscando evadir una condena de más de 10 años de prisión por blanqueo de capitales en el caso New Business. Desde entonces, la sede diplomática ha sido escenario de actividades políticas y remodelaciones, generando tensiones diplomáticas.
Reacción del Gobierno Panameño
El presidente José Raúl Mulino reveló que él mismo solicitó al canciller Javier Martínez-Acha convocar a Sandoval Meza para «poner un poco de orden» y asegurar el cumplimiento de los convenios internacionales de asilo. Mulino enfatizó la necesidad de evitar que la embajada se convierta en un centro de actividad político-partidista.
Implicaciones Diplomáticas
La salida de Sandoval Meza marca un punto de inflexión en las relaciones diplomáticas entre Nicaragua y Panamá. La Cancillería panameña ha indicado que, hasta que Nicaragua no comunique oficialmente su salida, Sandoval Meza se mantiene como representante diplomática en el país.
Perfil de Sandoval Meza
Consuelo Sandoval Meza, licenciada en Periodismo desde 1986, ha sido una figura reconocida en Nicaragua, recibiendo la orden Rigoberto Cabezas de la Asamblea Nacional en 2017. Su trayectoria incluye trabajo en medios nicaragüenses y es conocida por su alineación con el gobierno sandinista.
Próximos Pasos
Nicaragua ha solicitado el beneplácito para Jessica Yaoska Padilla Leiva como nueva embajadora en Panamá, una decisión que podría influir en el manejo futuro del asilo de Martinelli y en las relaciones bilaterales entre ambos países.
Este desarrollo subraya las complejas dinámicas diplomáticas en Centroamérica y plantea interrogantes sobre el futuro del asilo de Martinelli y las relaciones entre Nicaragua y Panamá.