La Contraloría General de la República, bajo la dirección de Anel «Bolo» Flores, ha iniciado una auditoría profunda en la Asamblea Nacional con el objetivo de poner orden en el uso de los fondos públicos y garantizar la transparencia en la administración de los recursos del Estado. Sin embargo, esta acción ha generado resistencia dentro del Órgano Legislativo, especialmente por parte de su presidenta, Dana Castañeda, quien ha utilizado sus redes sociales para expresar su inconformidad con la medida.
La auditoría busca revisar detalladamente la ejecución de las partidas presupuestarias asignadas a la Asamblea, en especial los contratos de servicios profesionales, el manejo de planillas y los subsidios otorgados a diputados y bancadas. En los últimos años, la falta de control sobre estos rubros ha generado cuestionamientos ciudadanos, y la intervención de la Contraloría es vista como un esfuerzo por restaurar la confianza en la gestión legislativa.
Sin embargo, Castañeda ha manifestado su malestar, señalando que la Contraloría está excediendo sus funciones y obstaculizando el trabajo de los diputados. A través de publicaciones en redes sociales, ha insinuado que la auditoría responde a intereses políticos y que se está interfiriendo en la independencia del poder legislativo.
¿Un golpe a la corrupción o una disputa de poder?
La medida tomada por Anel «Bolo» Flores ha sido bien recibida por la ciudadanía, que desde hace tiempo exige mayor transparencia en la administración de los recursos públicos. Las auditorías en la Asamblea han sido históricamente un tema delicado, pues en el pasado han revelado mal manejo de fondos, contratación irregular de personal y otras anomalías que han empañado la imagen del Legislativo.
Por otro lado, la reacción de Dana Castañeda refleja la tensión que existe entre la Contraloría y el Órgano Legislativo. Algunos diputados han respaldado su postura, argumentando que el control de los recursos debe realizarse con respeto a la independencia de los poderes del Estado, mientras que otros consideran que la auditoría es una acción necesaria para frenar posibles abusos.
El reto de la Contraloría
A pesar de la oposición de la presidenta de la Asamblea, Anel «Bolo» Flores ha dejado claro que la auditoría seguirá adelante y que su objetivo es garantizar el correcto uso del dinero de los panameños. Su gestión ha demostrado una intención firme de no permitir irregularidades, lo que podría marcar un antes y un después en la fiscalización del Legislativo.
Mientras la auditoría avanza, el debate continúa: ¿Se trata de una cruzada por la transparencia o de una disputa entre poderes? Lo cierto es que la ciudadanía estará atenta al resultado de este proceso, esperando que, al final, la verdad y la rendición de cuentas prevalezcan sobre los intereses políticos.