El Ejército de Israel informó este jueves que realizó disparos de advertencia contra varios sospechosos que se encontraban en zonas del sur del Líbano, donde rige un acuerdo de alto el fuego alcanzado esta misma semana. Según un comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), “algunos sospechosos llegaron con vehículos a varias áreas” en la región fronteriza.
Los disparos se producen un día después de la entrada en vigor del cese al fuego mediado por Estados Unidos y Francia, tras meses de enfrentamientos entre Israel y Hezbollah.
Ataques previos y tensiones en la frontera
Horas antes del incidente, se reportaron tres personas heridas tras un ataque con drones cerca de un vehículo en la ciudad de Markaba. Además, fuentes de seguridad libanesas informaron que disparos de tanques israelíes impactaron en seis áreas cercanas a la Línea Azul, frontera establecida por la ONU: Markaba, Wazzani, Kfarchouba, Khiyam, Taybe y las llanuras agrícolas de Marjayoun.
El alto el fuego establece tres etapas:
- Una tregua inicial.
- El repliegue de Hezbollah al norte del río Litani.
- La retirada de tropas israelíes en un plazo de 60 días.
Aunque el acuerdo busca detener permanentemente las hostilidades, la frontera sigue siendo una zona de tensión crítica.
Hezbollah: alerta máxima y desconfianza mutua
Hezbollah afirmó que sus combatientes vigilarán el repliegue israelí con «las manos en el gatillo», advirtiendo sobre posibles provocaciones. Este grupo ha sido debilitado por pérdidas significativas, incluyendo la muerte de su líder Sayed Hasán Nasralá en operaciones israelíes recientes.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, instruyó al ejército a evitar el regreso de los residentes a las localidades fronterizas, en contraste con declaraciones del presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, quien aseguró que los desplazados pueden regresar a sus hogares.
Un alto el fuego frágil
La tregua enfrenta desafíos significativos, pues ambos lados han expresado desconfianza mutua. Las violaciones del acuerdo y los ataques recientes evidencian la fragilidad del pacto, que, según el presidente estadounidense Joe Biden, busca establecer un cese permanente de las hostilidades con garantías internacionales.