El Congreso estadounidense se enfrenta a una carrera contrarreloj para evitar el cierre del Gobierno federal, después de que Donald Trump y Elon Musk hayan puesto en jaque el acuerdo presupuestario bipartidista. La financiación actual expira este viernes a medianoche, lo que podría provocar la paralización de servicios federales esenciales.
La crisis se intensificó cuando Musk, utilizando su plataforma X, lanzó una serie de críticas contra el proyecto de ley, algunas con información inexacta. Trump siguió sus pasos, exigiendo sorpresivamente la inclusión del aumento del techo de deuda en el acuerdo actual, una demanda que complica significativamente las negociaciones.
«Los demócratas han dicho que quieren eliminarlo. Si quieren deshacerse de él, yo lideraría la carga», declaró Trump a NBC News, refiriéndose al límite de deuda, aunque este proceso típicamente requiere semanas de negociación.
Impacto inmediato y consecuencias
El posible cierre gubernamental tendría graves consecuencias:
- Paralización de agencias federales y parques nacionales
- Suspensión de pagos a miles de trabajadores federales durante las festividades
- Bloqueo de $100.000 millones en ayudas para víctimas de huracanes
- Retención de $30.000 millones en asistencia para agricultores
División política profunda
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, se encuentra en una posición difícil tras ser criticado por subestimar la resistencia dentro de su propio partido y por no anticipar la intervención de Trump y Musk. Los demócratas, que controlan el Senado, insisten en mantener el acuerdo original y tienen poco interés en ayudar a los republicanos a resolver su crisis interna.
La Casa Blanca ha respondido con dureza, instando a los republicanos a «dejar de jugar a la política con este acuerdo bipartidista», mientras que el líder de la minoría demócrata en la Cámara, Hakeem Jeffries, ha criticado a Johnson por romper el pacto entre partidos.
La deuda nacional actual asciende a 36,2 billones de dólares, y aunque el gobierno de Biden estima que el límite no se alcanzará hasta el verano de 2025, la exigencia de Trump de incluir este tema en las negociaciones actuales ha añadido una nueva capa de complejidad a un proceso ya de por sí complicado.