¿Te ha pasado que comienzas una tarea y rápidamente te desconectas, soñando despierto o perdiendo el hilo de lo que estabas haciendo? Esto podría ser más que un simple descuido. Podrías estar experimentando el síndrome de desconexión cognitiva (CDS, por sus siglas en inglés), un trastorno que afecta la capacidad de concentración y ralentiza el procesamiento de la información.
El CDS no es tan conocido como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), pero está empezando a ganar atención entre los psicólogos. A diferencia del TDAH, donde la hiperactividad e impulsividad son comunes, el CDS se caracteriza por un “ritmo cognitivo lento”, lo que significa que las personas que lo padecen tardan más en procesar información y responder a estímulos.
¿Cómo afecta el CDS a la vida diaria?
El CDS va más allá de soñar despierto ocasionalmente. Las personas que lo padecen experimentan dificultades importantes en su día a día. Pueden tener problemas para mantenerse concentrados en tareas, lo que afecta su desempeño académico, laboral y sus relaciones interpersonales.
En las aulas, por ejemplo, un niño con CDS podría parecer distraído, pero en realidad está luchando por procesar la información que recibe. Esta desconexión puede ser malinterpretada como falta de interés o pereza, cuando en realidad es un problema cognitivo que necesita atención y apoyo.
Diagnóstico y tratamiento
Aunque el CDS no está reconocido oficialmente como un trastorno de atención independiente en el «Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales» (DSM), se han desarrollado herramientas para identificarlo. Los psicólogos suelen usar cuestionarios y observaciones de comportamiento para diagnosticar a quienes presentan síntomas como ensoñaciones frecuentes, niebla mental y lentitud en el procesamiento de información.
El tratamiento más común es la terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a los pacientes a desarrollar técnicas para mejorar su concentración y lidiar con las distracciones. Aunque algunos investigadores están probando el uso de fármacos similares a los usados en el TDAH, la evidencia todavía es limitada.
Además, se sugiere que ciertos cambios en el estilo de vida, como una rutina de sueño estable y la práctica de ejercicio regular, pueden ayudar a controlar los síntomas.
Rompiendo el estigma
Uno de los mayores obstáculos para las personas con CDS es la falta de conciencia sobre el síndrome. Muchas veces, sus comportamientos se ven como simples “distracciones” o falta de esfuerzo, lo que puede llevar a que no busquen el apoyo que necesitan.
Los estudios sugieren que el CDS podría afectar a una parte considerable de la población, tal vez en niveles similares al TDAH, que impacta entre el 5% y 7% de los niños. Esta cifra indica que muchas personas podrían estar lidiando con el CDS sin saberlo.
Reconocer y comprender este síndrome es clave para brindar un mejor apoyo a quienes lo padecen, mejorando así su calidad de vida y su rendimiento en diversas áreas.