Un reciente estudio publicado en la revista Nature ha revelado un descubrimiento sorprendente sobre el comportamiento de los mosquitos Aedes aegypti, conocidos por ser los principales vectores de enfermedades como el dengue, la fiebre amarilla, el zika y el chikungunya. Según los investigadores, estos insectos utilizan la radiación infrarroja para detectar y alcanzar a sus objetivos humanos, lo que podría cambiar la forma en que entendemos y combatimos la propagación de estas enfermedades.
¿Cómo Detectan los Mosquitos a los Humanos?
Los mosquitos Aedes aegypti son capaces de detectar a los seres humanos a través de una serie de señales sensoriales. Inicialmente, perciben la mínima fluctuación de dióxido de carbono (CO₂) en el aire, liberado por la respiración humana. Esta detección puede ocurrir a más de diez metros de distancia. A medida que se acercan, los mosquitos se vuelven más activos y responden a otros estímulos, como el olor corporal, que pueden detectar a una distancia de uno o dos metros.
Limitaciones Visuales y Uso del Infrarrojo
A pesar de que los Aedes aegypti tienen una visión limitada, su habilidad para detectar a los humanos no se ve afectada gracias a su capacidad para detectar la humedad y el calor cuando están a menos de diez centímetros de la piel humana. Este descubrimiento del uso de radiación infrarroja agrega una nueva dimensión a su capacidad de detección.
En experimentos, los investigadores colocaron mosquitos en una jaula con dos placas: una a temperatura ambiente y otra a la temperatura de la piel humana (34 °C). Los mosquitos mostraron una clara preferencia por la placa que emitía calor similar al de la piel humana, especialmente cuando se combinaba con CO₂ y el olor del sudor.
Implicaciones para el Control de Enfermedades
El descubrimiento de que los mosquitos Aedes aegypti utilizan la detección infrarroja para encontrar a sus objetivos humanos tiene importantes implicaciones para el control de enfermedades transmitidas por estos insectos. Los investigadores sugieren que comprender este comportamiento podría llevar al desarrollo de trampas de mosquitos más efectivas. Al imitar las señales infrarrojas, de CO₂ y de olor humano, estas trampas podrían atraer y capturar mosquitos de manera más eficiente, ayudando a reducir la propagación de enfermedades en regiones afectadas.
Este estudio abre una nueva puerta en la lucha contra los vectores de enfermedades, ofreciendo esperanza para nuevas estrategias de control que podrían salvar innumerables vidas en todo el mundo.