Investigadores de la Universidad Tecnológica de Graz (Austria) y del Instituto Tecnológico de Vellore (India) han logrado un importante avance científico al desarrollar una piel artificial mediante impresión 3D que podría eliminar la necesidad de realizar pruebas cosméticas en animales.
El innovador tejido sintético está compuesto por capas de hidrogel que replican la estructura natural de la piel humana —epidermis, dermis e hipodermis— y que son unidas mediante células humanas vivas.
Una alternativa necesaria ante una práctica cruel
Más de 500.000 animales sufren o mueren anualmente en experimentos cosméticos, según estimaciones de la organización Humane World for Animals. Aunque 44 países han prohibido esta práctica, sigue siendo habitual en muchas partes del mundo.
«Los hidrogeles deben poder interactuar con las células cutáneas vivas. Estas células no solo deben sobrevivir, sino también crecer y multiplicarse», explicó la científica Karin Stana Kleinschek, del Instituto de Química y Tecnología de Sistemas de Base Biológica de la Universidad de Graz.
Del laboratorio a la industria
Las estructuras desarrolladas hasta el momento tienen el tamaño de una moneda y presentan una apariencia cuadriculada. Según los investigadores, estos modelos reaccionan a sustancias externas de manera similar a la piel humana.
El próximo objetivo del equipo es extender la viabilidad del tejido bioingenierizado a dos o tres semanas, lo que permitiría que pueda ser utilizado en pruebas reales con cosméticos u otros productos.
Los resultados preliminares ya han sido publicados en la revista científica STAR Protocols, lo que respalda la seriedad del desarrollo. «En el siguiente paso, los modelos impresos en 3D se utilizarán para probar nanopartículas», adelantó Kleinschek.
Bioimpresión: una revolución más allá de la cosmética
La investigación sobre piel artificial forma parte de una tendencia más amplia en el campo de la bioimpresión 3D. En 2024, esta tecnología ya permitió realizar el primer trasplante de tráquea impresa en 3D a una paciente surcoreana tras una operación para tratar un cáncer de tiroides.
Ese mismo año, investigadores de Harvard lograron desarrollar vasos sanguíneos impresos con el objetivo de crear órganos humanos funcionales.
«Nuestros años de experiencia en la investigación de materiales para imitaciones de tejidos y la experiencia del VIT en biología molecular y celular se complementan a la perfección», concluyó Kleinschek, quien destacó que ambos equipos continúan trabajando para «optimizar aún más las formulaciones de hidrogel y validar su utilidad como alternativa a la experimentación con animales».