El FC Barcelona de Hansi Flick se prepara para uno de los partidos más esperados de la temporada en la Champions League: un enfrentamiento cargado de historia y emoción contra el Bayern Múnich. Para Flick, este partido es más que una oportunidad de seguir mostrando su estilo con los azulgranas, también es un reencuentro con su exequipo, el mismo con el que logró el sextete en 2020.
La importancia de este duelo
A pesar de su notable trabajo en el Barça, el nombre de Flick aún está vinculado en Alemania a la decepcionante actuación de la selección en el Mundial de Qatar 2022, que culminó con su destitución. Vencer al Bayern, el equipo que lo llevó a la cima del fútbol mundial, podría ser el escenario perfecto para redimirse y dejar atrás esos «rasguños» en su reputación.
«El equipo estará preparado», afirmó Flick en la previa, dejando claro que no importa el rival, sino el trabajo en el campo. Sin embargo, el morbo de enfrentarse a su antiguo club agrega un toque especial al choque.
El Barcelona bajo el «Método Flick»
Desde la llegada de Flick, el Barcelona ha mostrado un fútbol ofensivo y dinámico que ha conquistado a los aficionados y a la prensa española. El reciente triunfo por 5-1 sobre el Sevilla dejó una gran impresión, consolidando al Barça como un equipo imparable bajo su mando. Comparaciones con el tridente de Messi, Neymar y Suárez han surgido, gracias al gran rendimiento de Robert Lewandowski, Lamine Yamal y Raphinha.
El propio Jupp Heynckes, legendario entrenador alemán, ha elogiado la labor de Flick en el Barça, destacando su capacidad para desarrollar a los jugadores con empatía y liderazgo.
Los fantasmas del Bayern
A pesar de los avances, el Barça sigue arrastrando un doloroso historial reciente frente al Bayern Múnich. Desde la humillante derrota 8-2 en 2020, el equipo catalán ha perdido los cuatro partidos siguientes contra los bávaros, sin marcar un solo gol. Con Flick al mando, el Barça espera poner fin a esta racha y demostrar que el pasado no tiene por qué repetirse.
Este enfrentamiento en la Champions League no es solo un desafío deportivo, sino también un choque de emociones para ambos equipos. Para el FC Barcelona, significa la oportunidad de romper una maldición; para Flick, es una posible redención.