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El Manchester City se encuentra en un punto de inflexión histórico. El equipo que dominó el fútbol inglés durante los últimos años enfrenta una crisis sin precedentes, marcada por lesiones constantes y un rendimiento muy por debajo de las expectativas que definieron su época dorada.
Pep Guardiola, arquitecto del éxito reciente del City, ha reconocido públicamente que el club necesita una reconstrucción urgente. «Los equipos son más rápidos, más veloces y más fuertes, y no podemos manejarlo en este momento», admitió el técnico catalán, dejando entrever que varios pilares del equipo podrían abandonar el club.
La temporada actual ha expuesto las vulnerabilidades del equipo de manera dramática. La eliminación prematura en Champions League ante el Real Madrid y la práctica imposibilidad de conquistar un quinto título consecutivo de Premier League han marcado el fin de una era.
Las lesiones han jugado un papel devastador. La baja de Rodri por ruptura del ligamento cruzado anterior representa el golpe más duro, pero no es un caso aislado. La línea defensiva ha sido especialmente afectada, con los cuatro centrales del equipo -Dias, Stones, Akanji y Ake- alternando periodos en la enfermería.
El caso de Kevin De Bruyne resulta particularmente significativo. El belga, considerado uno de los mejores mediocampistas del mundo, ni siquiera ingresó en la derrota ante el Real Madrid, evidenciando que su rol en el equipo podría estar cambiando drásticamente.
«Tenemos que ser claros: algunos jugadores no pueden sostener un ritmo de partido cada tres días», señaló Guardiola, anticipando una limpieza en el plantel que podría afectar a nombres importantes como Stones, De Bruyne, Grealish y varios veteranos del equipo.
El City ya ha comenzado su proceso de renovación con una inversión superior a los 200 millones de dólares en cinco nuevos jugadores durante el mercado de invierno. Sin embargo, todo indica que esto es solo el principio de una transformación más profunda que busca adaptar al equipo a las exigencias del fútbol moderno.
La sobrecarga del calendario representa otro factor crítico en esta crisis. Con más de 50 partidos por temporada y la inclusión de nuevas competiciones como el Mundial de Clubes ampliado, Guardiola advierte que la situación «se volverá cada vez peor» para todos los clubes de élite.
El próximo encuentro contra el Liverpool este domingo, con la duda de Haaland por lesión de rodilla, representa otra prueba crucial para un Manchester City que busca reinventarse sin perder su identidad ganadora.
