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¡Otro escándalo internacional salpica al gobierno del expresidente Laurentino “Nito” Cortizo y su mano derecha José Gabriel “Gaby” Carrizo!
Nuevos documentos revelan que más de 23 millones de euros —unos 25 millones de dólares— fueron canalizados hacia proyectos en la comarca Ngäbe Buglé, en teoría para “energía limpia y desarrollo sostenible”, pero cuyo rastro financiero hoy levanta serias sospechas.
El dinero español que se esfumó entre promesas
Según informes difundidos por el exdiputado español Pablo Cambronero, el dinero salió del erario público español bajo el argumento de apoyar la Agenda 2030, pero la ejecución estuvo plagada de opacidad, convenios sin auditorías claras y proyectos fantasma.
Los fondos, canalizados a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), incluían:
17,64 millones de euros del préstamo FONPRODE-AECID, para el llamado “Programa de Acceso Universal a la Energía”.
5,17 millones de euros del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS).
Y más de 313 mil euros para la “alianza público-privada Luz en Casa”, que nadie parece saber dónde iluminó realmente.
En total: 23 millones de euros que, según los reportes, debieron transformar la vida de los pueblos originarios.
Pero en Ngäbe Buglé, la pobreza sigue igual. Y los supuestos proyectos energéticos son pura sombra.
El espejismo de la Agenda 2030
En papeles, los proyectos estaban alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): energía limpia, igualdad de género, reducción de desigualdades y cooperación internacional.
En la práctica, no hay datos verificables sobre los beneficiarios, no existen informes públicos de impacto y nadie en la comarca recuerda haber visto una sola placa solar o un nuevo sistema de agua potable.
La pregunta es inevitable:
¿A dónde fueron a parar los millones de euros enviados por España durante el gobierno de Nito y Gaby?
Subvenciones directas, sin control ni contraparte
En 2022, el Sistema Nacional de Publicidad de Subvenciones de España aprobó una ayuda directa de 1,07 millones de euros para instalar una supuesta “Unidad Técnica de Gestión Fondo 72” en Panamá.
No hubo contraprestación.
No hubo auditoría pública.
Y nadie sabe si la “unidad” existe.
Una operación perfecta para desaparecer fondos bajo el velo de la “cooperación técnica”.
Silencio oficial y un patrón repetido
Ni el Ministerio de Economía y Finanzas de Panamá, ni la AECID, ni los antiguos funcionarios del gobierno de Cortizo se han pronunciado.
El silencio es total.
Y mientras tanto, las comunidades indígenas siguen sin agua, sin luz y sin esperanza, a pesar de que Europa ya pagó por su bienestar.
¿Otra “cooperación” mal gestionada o un nuevo capítulo de corrupción transnacional bajo la sombra del gobierno de Nito y Gaby?
La historia apenas comienza a destaparse.
