Palabras de Mayer Mizrachi
Del pasado al presente
De estar en una cárcel a ser el alcalde de Panamá. No hay mayor sentimiento de humildad y agradecimiento después de 8 años de luchar contra un sistema roto que no solo me falló a mí, sino a todos los panameños. Mi presencia aquí ante ustedes como alcalde, es solo gracias a la voluntad de Dios, la voluntad ciudadana y una familia que siempre me respaldó en los momentos más difíciles.
Las dificultades que sufrí hasta la fecha, tanto médicas cuando era niño y carcelarias recientemente, me han preparado para el reto y privilegio más importante de mi vida: «servirle a mi ciudadanía, cambiar el juego y romper el status quo que impide que Panamá avance».
No puedo dejar a un lado la histórica campaña política que llevamos a cabo junto a voluntarios, jóvenes y patriotas que se sacrificaron por una visión de un Panamá moderno y transformado. Por primera vez, gana una campaña sin experiencia, sin publicidad paga, sin vallas, sin influencers y sin difamar. Una campaña de hechos, no palabras; de obras, no promesas; de voluntad, no presupuesto. Solo habiendo ganado de esta forma ya cambiamos la política de Panamá.
«Gracias por la confianza y por creer que Panamá va a brillar».
Por años grité desde las gradas y no cambió nada. Por más influencia que tenía en redes y medios, ninguno de mis comentarios o sugerencias cambiaron nada. En un país donde en su sistema político prima el interés personal por encima del interés colectivo. «Toca meterse para hacer los cambios que oídos sordos jamás entenderán, así que aquí estoy, para demostrar que las cosas se pueden hacer bien».
Presente hacia el futuro
Solo no pretendo hacer nada, a mis 36 años ocupo el puesto como el alcalde más joven de la historia. Como joven, mi deber y éxito vendrán de oír y rodearme de aquellos con trayectoria y sabiduría como es mi compañero de fórmula Roberto Ruiz. Amigo, consejero y guía. Agradezco que me hayas acompañado en este reto, y sobre todo agradezco a tu esposa e hijas por permitirte hacer este sacrificio por la patria.
Además, debo reconocer el valor de los 26 concejales que por primera vez en la historia se reunieron no una, sino cinco veces para consensuar y dialogar abiertamente para cambiar la forma en la que este concejo se ha manejado. Cada uno de ustedes tiene mi agradecimiento y mi respeto, aspiro a trabajar de forma equitativa con todos. Cada uno de ustedes representa a una ciudadanía que no solo depositó su confianza en ustedes, sino en mí también. Es por eso que les abro las puertas a todos para trabajar juntos, sin imposiciones, a favor de hacer, resolver y mejorar nuestra ciudad capital. Se acabaron los tiempos del favoritismo de juntas comunales.
Cuando estábamos en campaña, muchas de las propuestas que hacía eran criticadas como inteligencia artificial e imposibilidades. Hoy, sin siquiera haber empezado, ya estamos entregando sobre las propuestas de modernización y tecnología. Nuestra alcaldía no será una de palabras, sino de obras. No será una alcaldía de excusas, sino de resultados.
La clave del éxito de la alcaldía será trabajar de la mano con el gobierno central como aliados e incluso complementándolos en sus labores que mejoran nuestra ciudad como el agua, la basura, los huecos en la calle, la seguridad y el transporte. A los ministros y directores del nuevo gobierno, sepan que en la alcaldía tienen un aliado. Lo mismo quiero decirles a las ONG’s y embajadas: no queremos ser un municipio hermético y exclusivo. Contaremos con su apoyo para colaborar en la mejora de la cultura, ambiente y desarrollo de nuestra bella ciudad de Panamá.
Pero quizás el mayor impacto vendrá de la colaboración con la empresa privada y la sociedad civil. Yo estoy aquí justamente como un empresario que quiso hacer impacto positivo en la sociedad. Les exhorto a las empresas que se involucren y a los ciudadanos que participen. «Solos no vamos a sacar a Panamá adelante, así que cuento con ustedes».
Esto es importante porque recibimos una administración en decadencia y desidia, con finanzas desastrosas y un organigrama totalmente politizado. La moral y el ánimo de los funcionarios que trabajan en el municipio están totalmente decaídos. La cultura laboral de la alcaldía va a ser empática y respetuosa, sin dejar de exigir compromiso y resultados.
Sí, las deudas son monumentales y los números están en rojo, pero les dejo una cosa clara: vamos a resolver el enredo y este municipio será el más próspero y moderno de Centroamérica. Le devolveremos la calidad de vida a los ciudadanos y actuaremos con voluntad y vocación para demostrar que Panamá es un diamante en bruto que solo tenemos que pulir para brillar.
Nos motiva este reto de construir una ciudad sana y moderna, donde nuestros hijos, jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad, se sientan seguros y recuperen el orgullo de vivir en una gran ciudad.
De la palabra a la acción
Vamos a cuidar cada centavo y cortar los privilegios y botellas para que esos ahorros lleguen en inversión a los corregimientos. Liderar dando el ejemplo es crítico. A esta reunión manejé mi propio carro que pago con mi propio bolsillo, así mismo, les dejo claro que ningún director del municipio tendrá un carro pagado por el municipio. Cada ahorro que se pueda hacer lo haré y con esos dólares demostrar que quizás no tenga experiencia política, pero con vasta experiencia empresarial podré desenredar el derroche económico que hicieron quienes tenían experiencia política.
No tengo diferencias con nadie, mis diferencias siempre serán con: los problemas de los ciudadanos, la mala administración y despilfarro del dinero público, la desidia, la mala atención a nuestros contribuyentes, el juega vivo, mis diferencias son con los problemas de la gente y estos los vamos a enfrentar.
Al nuevo consejo municipal, cuenten conmigo, no traigo ataduras, no traigo imposiciones. Se acabaron las juntas comunales preferidas del alcalde, se acabó la retención de pagos a juntas comunales. Quiero que juntos, los 26 representantes de corregimiento, trabajemos mano a mano y nos veamos en el futuro como el equipo que puso a la muy noble y leal ciudad de Panamá a brillar.
A mi familia, a mis hermanos, y especialmente a mi mamá, sin su soporte, paciencia y apoyo jamás hubiese llegado a donde hoy estoy, siéntanse orgullosos de mí, porque yo me siento muy orgulloso de ustedes. Le pido a Dios darme la fortaleza y la sabiduría para transitar por este camino que sin saber tenía destinado para mí, donde por delante tenemos la tarea de levantar a una ciudad, así como lo hizo en su momento el pueblo de Israel.
Agradezco a todos los que nos acompañan hoy y tengan la certeza de que mi compromiso y trabajo serán hasta el último día de mi mandato, poniendo a Panamá siempre primero. Muchas gracias.