El proceso de revisión de penas para las internas del Centro Femenino de Rehabilitación «Cecilia Orillac de Chiari» (Cefere) comenzó este miércoles con la visita de Ángel Calderón, secretario general del Ministerio de Gobierno, quien evaluará 17 casos para determinar si cumplen con los requisitos necesarios para obtener la libertad.
Ciudad de Panamá, 18 de julio de 2024 – Ángel Calderón, secretario general del Ministerio de Gobierno, dio inicio al proceso de revisión de penas para las privadas de libertad del Centro Femenino de Rehabilitación «Cecilia Orillac de Chiari» (Cefere). En esta primera fase, se evaluarán 17 casos con el objetivo de determinar si las internas cumplen con el tiempo de condena y los requisitos necesarios para obtener la libertad.
«Para conmutar penas, el primer requerimiento es que las privadas de libertad mantengan una sentencia en firme», explicó Calderón. Además, se exige que, durante su estancia en el centro de detención, las internas hayan realizado trabajos comunitarios, estudios con provecho académico o participen como instructoras de cursos.
El proceso de conmutación de penas incluye la presentación de una serie de documentos que demuestren las actividades realizadas por las internas, tales como listas de asistencia y certificados de aprobación. «El cálculo de la conmutación será aprobado por la directora general del Sistema Penitenciario, Mariela Jiménez, y se le reconocerá un día de prisión por cada dos días de trabajo, estudio o participación como instructor», añadió Jiménez.
Durante su visita al Cefere, Jiménez también señaló que todas las reclusas que hayan cumplido las dos terceras partes de su condena podrán salir bajo otras medidas cautelares. Este programa busca aliviar la problemática de hacinamiento que aqueja al centro, que actualmente cuenta con una sobrepoblación de 325 mujeres, 175% más de su capacidad.
La primera dama, Maricel Cohen de Mulino, destacó que su prioridad es la construcción de una nueva cárcel de mujeres que sea más humana y con mayor enfoque en la resocialización. «Nuestro objetivo es que, mientras cumplen sus condenas, las reclusas sean productivas a través de una fábrica de uniformes u otros productos para los menos favorecidos», declaró Cohen de Mulino.
Este esfuerzo por revisar y conmutar penas no solo busca mejorar las condiciones de vida de las reclusas, sino también reducir el hacinamiento en las cárceles.