El expresidente estadounidense Donald Trump sugirió que Estados Unidos debería tomar el control de la Franja de Gaza y reubicar permanentemente a su población palestina en países vecinos, en declaraciones realizadas durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en la Casa Blanca.
«Estados Unidos tomará el control de la Franja de Gaza y seremos responsables de desmantelar todas las peligrosas bombas sin explotar y otras armas en este sitio», afirmó Trump, quien visualiza convertir la región en «la Riviera de Medio Oriente».
El polémico plan incluye la reubicación permanente de los habitantes palestinos de Gaza en territorios de países vecinos como Egipto y Jordania. Trump argumentó que los residentes actuales «han vivido una existencia miserable» y que su traslado les permitiría evitar futuros conflictos.
Reacciones internacionales
La propuesta ha generado un rechazo inmediato en la región:
- Riyad Mansour, embajador palestino ante la ONU, enfatizó que los palestinos desean regresar a sus hogares: «Nuestra patria es nuestra patria».
- Sami Abu Zuhri, portavoz de Hamás, calificó la idea como «una receta para crear caos y tensión en la región».
- Arabia Saudita reafirmó su postura de que no establecerá vínculos con Israel sin la creación de un Estado palestino, calificando esta posición como «firme e inquebrantable».
Respaldo de Netanyahu
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien se encuentra bajo presión internacional por la situación en Gaza, expresó que la propuesta de Trump «vale la pena prestarle atención». Durante el encuentro, Netanyahu elogió a Trump como «el mejor amigo que Israel ha tenido en la Casa Blanca».
Cambio en la política estadounidense
La propuesta representa un giro radical en la política estadounidense para Medio Oriente. Funcionarios de la administración Trump intentaron matizar las declaraciones, asegurando que no se busca una expulsión forzada de la población, sino hacer la zona «habitable», un proceso que podría llevar entre 10 y 15 años.
Trump sugirió que la reubicación de los gazatíes debería ser financiada por «países más ricos de la región» para permitirles «vivir cómodos y en paz», aunque no especificó qué naciones asumirían este costo.
El plan ha generado preocupación entre expertos en política internacional, quienes advierten sobre las posibles consecuencias para la estabilidad regional y el derecho internacional.