Taiwán ha comenzado esta semana sus maniobras militares anuales Han Kuang, enfocadas en preparar a las tropas para una posible invasión china. Estos ejercicios, que se realizan desde 1984, incluyen este año escenarios de combate más realistas y actividades nocturnas para probar la capacidad de respuesta de los soldados.
El presidente taiwanés, Tsai Ing-wen, declaró: «Estamos comprometidos a fortalecer nuestra defensa y garantizar la seguridad de nuestra nación en medio de crecientes tensiones regionales».
Las maniobras se están llevando a cabo en varias partes de la isla, incluyendo la localidad de Taoyuan, donde los reservistas se han congregado en el principal aeropuerto internacional para recibir equipamiento e instrucciones. Las fuerzas armadas han tomado posiciones defensivas alrededor del aeropuerto y han desplegado infantes de Marina en áreas estratégicas.
Además, los ejercicios se centran en la resistencia de la cadena de suministro taiwanesa frente a un posible bloqueo chino. Una fuente militar indicó que se realizarán simulacros para probar la «cooperación cívico-militar» en misiones de entrega de suministros.
El contexto de estas maniobras es de alta tensión entre Taipéi y Beijing. Las autoridades chinas han calificado al presidente taiwanés, William Lai, como un «secesionista» y han aumentado su retórica contra Taiwán. Lai, en un discurso reciente, hizo un llamado a construir una «identidad nacional centrada en Taiwán» y a resistir cualquier intento de anexión.
La realización de estos ejercicios militares subraya la importancia de la preparación y la defensa ante posibles amenazas. Es crucial que Taiwán mantenga su capacidad de respuesta y fortalezca sus alianzas internacionales para asegurar su soberanía y estabilidad regional.