Un grupo de aproximadamente 1,500 migrantes partió este miércoles de Tapachula, en el estado mexicano de Chiapas, con la esperanza de llegar a la frontera con Estados Unidos antes de que Donald Trump asuma la presidencia el próximo 20 de enero. El expresidente republicano ha prometido implementar la mayor operación de deportación en la historia del país, calificando la migración irregular como una «invasión».
Preocupación entre los migrantes por las políticas de Trump
Migrantes de diversas nacionalidades expresaron su urgencia de avanzar rápidamente debido a las promesas del magnate, quien planea declarar el estado de emergencia en el país y recurrir al ejército para ejecutar deportaciones masivas.
Yamel Enríquez, un colombiano que forma parte de la caravana, explicó:
«Mi mentalidad es llegar, que me salga la cita antes de que él agarre el poder. Y si no, me entrego a lo que Dios quiera».De manera similar, Zuleika Carreño, migrante venezolana, compartió:
«El miedo a quedarme en este lado y que toda esta caminata haya sido en vano me impulsa a seguir».
Medidas en México y desafíos del trayecto
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, aseguró que su gobierno prepara un documento para destacar la contribución económica de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, muchos de los cuales viven en condición irregular.
Sin embargo, la situación en México no está exenta de tensiones. Las caravanas migrantes se organizan con la esperanza de obtener permisos para transitar por territorio mexicano sin temor a ser deportados, aunque suelen dispersarse en el trayecto debido a ataques de delincuentes y otros peligros.
Un fenómeno diferente al de 2018
Aunque este movimiento migrante es significativo, se mantiene lejos de las caravanas masivas que llegaron a la frontera norte durante el primer mandato de Trump en 2018. Sin embargo, la amenaza de nuevas políticas migratorias ha reactivado la incertidumbre y el temor entre quienes buscan una vida mejor en Estados Unidos.