El conflicto entre Israel y Hezbollah se intensificó esta semana, cuando la Fuerza Aérea israelí bombardeó más de 300 objetivos de Hezbollah en el sur del Líbano. Estos ataques se llevaron a cabo tras la advertencia de Israel a los residentes de la zona para que evacuaran áreas cercanas a los depósitos de armas del grupo, en medio de temores de una escalada mayor en la región.
El Ministerio de Sanidad del Líbano informó que los bombardeos han dejado un saldo de al menos 100 personas fallecidas y más de 400 heridas, incluidas mujeres, niños y personal médico. Estos ataques aéreos son los más letales en casi un año de enfrentamientos transfronterizos entre ambos países.
Por su parte, Hezbollah lanzó una serie de cohetes contra posiciones militares israelíes en el norte del país, en lo que calificó como una respuesta a los ataques israelíes. Hezbollah prometió continuar sus ataques en solidaridad con los palestinos y con el grupo militante Hamas, mientras Israel reafirma su compromiso de mantener la seguridad en su frontera norte.
Este incremento en los ataques ha generado preocupación sobre la posibilidad de una guerra total en la región, mientras Israel enfrenta también el conflicto con Hamas en Gaza, tras el ataque del 7 de octubre que resultó en la muerte de más de 1.200 personas en Israel.
El conflicto, que ha causado miles de desplazados y dejado cicatrices en el paisaje de ambos lados de la frontera, sigue escalando, mientras los esfuerzos diplomáticos por lograr una tregua parecen cada vez más distantes.