La creciente presencia de China en Panamá ha generado preocupación en Washington, llevando a Estados Unidos a redoblar sus esfuerzos para limitar la influencia del gigante asiático en este estratégico país centroamericano. Esta situación ha desencadenado una compleja dinámica geopolítica que pone a prueba las relaciones entre las tres naciones involucradas.
Tensiones diplomáticas y declaraciones polémicas
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha avivado la controversia con recientes declaraciones que sugieren una posible intervención en el Canal de Panamá. Trump criticó las «tarifas exorbitantes» que Panamá cobra a Estados Unidos por el uso del canal y amenazó con exigir su devolución. Estas afirmaciones han provocado una fuerte reacción en Panamá, donde se realizaron protestas y se quemaron efigies del mandatario estadounidense.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, respondió enfáticamente a las declaraciones de Trump, afirmando que «cada metro cuadrado del canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá y lo seguirá siendo». Esta postura ha recibido el respaldo de otros líderes latinoamericanos, como la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum y el presidente colombiano Gustavo Petro.
La estrategia china en Panamá
Desde que Panamá rompió relaciones diplomáticas con Taiwán en 2017 y reconoció a Beijing, China ha implementado una estrategia multifacética para fortalecer su presencia en el país:
- Inversiones en infraestructura: China ha anunciado proyectos ambiciosos, incluyendo una línea ferroviaria de alta velocidad, una nueva línea de metro en la Ciudad de Panamá y un moderno puerto de contenedores.
- Acuerdos comerciales: Beijing ha asegurado contratos millonarios, como el de 1,4 mil millones de dólares para construir un cuarto puente sobre el Canal de Panamá.
- Iniciativas de «poder blando»: A través del Instituto Confucio y donaciones durante la pandemia, China busca fortalecer su presencia cultural y económica en Panamá.
La respuesta estadounidense
Ante el avance chino, Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para mantener su influencia en Panamá:
- Retórica agresiva: Trump ha acusado a Beijing de amenazar la soberanía de Panamá, aunque esta postura podría resultar contraproducente.
- Llamados a la acción: Expertos como John Feeley, ex embajador de Estados Unidos en la región, han señalado la necesidad de que Washington participe más activamente en proyectos de infraestructura en América Latina.
- Énfasis en la alianza histórica: Estados Unidos busca recordar a Panamá la importancia de su relación bilateral, que aún se considera la más relevante para el país centroamericano.
El desafío de la neutralidad panameña
Panamá se encuentra en una encrucijada, intentando mantener su neutralidad y soberanía mientras equilibra sus relaciones con ambas potencias. La Autoridad del Canal de Panamá ha invertido más de 5 mil millones de dólares en su modernización desde que Estados Unidos transfirió el control en 1999, posicionándolo como un eje clave del comercio global.
Los líderes panameños defienden la neutralidad del Canal como su principal fortaleza, argumentando que cualquier interferencia, ya sea de Estados Unidos o China, podría socavar su reputación y funcionamiento.
En conclusión, la creciente presencia china en Panamá ha desencadenado una intensa competencia geopolítica con Estados Unidos. Mientras Washington busca limitar la influencia de Beijing, Panamá se esfuerza por mantener su soberanía y aprovechar las oportunidades que ambas potencias ofrecen. El desenlace de esta situación tendrá importantes implicaciones para el futuro de las relaciones internacionales en América Latina.