El reciente asilo concedido al líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia por parte del gobierno español ha generado una ola de reacciones tanto desde la izquierda como desde la derecha política en España. El gobierno de Pedro Sánchez facilitó su llegada al país, desencadenando debates sobre la motivación detrás de esta decisión.
Por un lado, Podemos, a través de su portavoz María Teresa Pérez, criticó la rapidez con la que se brindó asilo a González Urrutia, calificándolo como una muestra de «hipocresía» por parte del Ejecutivo. La crítica se centró en que mientras se ofrecía refugio al político venezolano, se negaba asilo a activistas como el saharaui Abdeslam Dichakour, lo que ha generado preguntas sobre los intereses geopolíticos involucrados.
Desde la derecha, el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, también expresó su desacuerdo. Según Feijóo, el verdadero beneficiado de la salida de González Urrutia es Nicolás Maduro, quien, pese a perder las elecciones, continúa en el poder en Venezuela. Feijóo señaló que, de haber estado en su lugar, también habría concedido el asilo, pero con el reconocimiento de González Urrutia como presidente electo.
Este debate destaca la complejidad de las relaciones diplomáticas y los intereses en juego, dejando claro que el caso de Edmundo González Urrutia no solo afecta a Venezuela, sino también a la política interna española. Mientras tanto, González Urrutia se encuentra en España, donde espera el desarrollo de su situación legal y política.