Para Elon Musk, el hombre más rico del mundo, liderar una de las mayores redes empresariales del planeta no parece ser suficiente. Con Tesla, SpaceX y la red social X bajo su dirección, Musk ha cruzado la frontera entre el ámbito tecnológico y el político. Ahora, en vísperas de las elecciones presidenciales de EE. UU., Musk se alinea con el candidato republicano Donald Trump, quien le ha prometido un puesto clave en su administración si resulta reelegido.
De la tecnología a la política
Con empresas que abarcan desde el lanzamiento de satélites con SpaceX hasta la provisión de internet en zonas de conflicto mediante Starlink, Musk se ha convertido en un actor crucial tanto en el ámbito tecnológico como en la geopolítica. Además, su adquisición de X (anteriormente Twitter) en 2022 lo posicionó como uno de los hombres más influyentes en la comunicación global, un poder que ha utilizado para incidir en debates políticos en todo el mundo.
Un cambio de ideología y un rol visible en las elecciones
Aunque en el pasado se identificó como «moderado», Musk se ha vuelto cada vez más partidario de posturas conservadoras. En el contexto de las elecciones estadounidenses, su apoyo explícito a Trump destaca entre las élites empresariales. Además, sus aportaciones financieras y recientes incentivos monetarios para los votantes reflejan un nuevo nivel de participación política.
¿Qué implicaciones tendría una reelección de Trump para Musk y su influencia? Los analistas sugieren que Musk podría esperar compromisos de la administración Trump en política exterior, especialmente en regulaciones que afecten sus negocios.
Musk: ¿Impulsor de cambios o amenaza para la democracia?
Expertos en derechos digitales, como Marietje Schaake del Centro de Política Cibernética de la Universidad de Stanford, advierten sobre los riesgos de que líderes de la tecnología como Musk ejerzan influencia directa en decisiones de gobierno. «El tipo de tecnologías que Musk opera es crítico en la geopolítica», asegura Schaake, enfatizando que el impacto de sus cambios de posición podría afectar desde la seguridad informativa hasta el acceso digital global.