El Congreso de Estados Unidos certificó la victoria de Donald Trump como presidente electo en las elecciones de 2024, marcando una jornada que se desarrolló con normalidad y sin disturbios. Este contraste fue significativo en comparación con los hechos del 6 de enero de 2021, cuando una turba irrumpió en el Capitolio en rechazo a la derrota de Trump frente a Joe Biden.
Seguridad reforzada y protocolos renovados
La certificación tuvo lugar bajo estrictas medidas de seguridad, con vallas alrededor del Capitolio y una fuerte presencia policial. Legisladores y senadores se reunieron para cumplir con el procedimiento legal que ratifica el resultado del Colegio Electoral, en esta ocasión otorgándole 312 votos a Trump frente a los 226 de la vicepresidenta saliente, Kamala Harris.
Tradición y solemnidad
La sesión, presidida por Harris, transcurrió en un clima de respeto institucional. Durante el acto, Harris certificó su propia derrota, recordando momentos similares de la historia, como los casos de Al Gore en 2001 y Richard Nixon en 1961.
El proceso, que duró solo media hora, incluyó la llegada ceremonial de las cajas de caoba con los certificados electorales estatales, mientras los legisladores siguieron los protocolos establecidos.
Cambios tras el 6 de enero de 2021
Después de los disturbios de 2021, se implementaron reformas en la Ley de Recuento Electoral, como el aumento del número mínimo de legisladores necesarios para plantear objeciones a los resultados. Este año, no se presentó ninguna objeción formal.
Reacciones de Trump y Biden
El presidente electo Trump celebró su victoria en redes sociales, calificándola como un «gran momento en la historia». Por su parte, el presidente saliente, Joe Biden, destacó en un discurso previo la importancia de volver a una transferencia pacífica del poder, subrayando que «la democracia debe prevalecer».
Un cierre simbólico para una etapa turbulenta
El acto estuvo cargado de simbolismo. La capellán de la Cámara, Margaret Kibben, quien había presenciado los eventos de 2021, inició la sesión con una oración que pedía claridad en tiempos oscuros. Además, Biden concedió la Medalla Presidencial al Ciudadano a Bennie Thompson y Liz Cheney, figuras clave en la investigación sobre los disturbios del Capitolio.
Con esta certificación, Donald Trump se convierte oficialmente en el presidente número 47 de los Estados Unidos, cerrando un capítulo de divisiones y marcando el inicio de una nueva etapa en la política estadounidense.