El expresidente sirio Bashar al Asad y su familia han llegado a Moscú, donde han recibido asilo humanitario, según reportaron las agencias de noticias rusas TASS y Ria Novosti. La noticia surge luego de que Asad fuera derrocado tras una ofensiva de una coalición de rebeldes liderados por grupos islamistas radicales en Siria.
De acuerdo con una fuente del Kremlin, Rusia ha otorgado refugio al exmandatario y está en contacto con los nuevos dirigentes rebeldes en Siria, quienes habrían garantizado la seguridad de las bases militares y embajadas rusas en territorio sirio.
Rusia aboga por una solución política
La misma fuente aseguró que Moscú mantiene su compromiso con una solución negociada para la crisis siria, instando a retomar las conversaciones bajo el auspicio de la ONU. «Siempre estuvimos a favor de una solución política. Deseamos continuar el diálogo por el interés del pueblo sirio y las relaciones bilaterales», declaró.
Un giro inesperado en la crisis siria
La caída de Bashar al Asad marca un cambio histórico en el conflicto que ha devastado Siria desde 2011. Mientras tanto, el papel de Rusia como mediador sigue siendo crucial, con el objetivo de estabilizar la región y proteger sus intereses estratégicos en el país.