Científicos alertan sobre las devastadoras consecuencias que tendría la colisión del asteroide Bennu con la Tierra, incluyendo una drástica caída en las temperaturas globales y severas alteraciones en los ecosistemas mundiales.
Una investigación publicada en Science Advances advierte que el impacto de Bennu, un asteroide de 500 metros de diámetro, desencadenaría un «invierno de impacto» que podría extenderse hasta cuatro años. El estudio, realizado por expertos de la Universidad Nacional de Pusan, señala que existe una probabilidad de 1 entre 2.700 de que este escenario ocurra en 2182.
Los efectos serían alarmantes: las temperaturas globales caerían hasta 4 grados centígrados, las precipitaciones se reducirían un 15% y la capa de ozono sufriría una pérdida del 32%. La investigación revela que hasta 400 millones de toneladas de material quedarían suspendidas en la atmósfera, provocando un significativo oscurecimiento solar.
El impacto tendría consecuencias graves para la agricultura y la seguridad alimentaria mundial. La productividad de los ecosistemas terrestres se desplomaría un 36%, mientras que los ecosistemas marinos verían una reducción del 25%. Sin embargo, el estudio destaca un dato sorprendente: el plancton marino podría recuperarse en apenas seis meses, alcanzando niveles superiores a los normales.
«Las consecuencias no se limitarían al momento del impacto», advierten los investigadores, quienes señalan que el modelo actual podría incluso subestimar los efectos reales, ya que no contempla factores adicionales como las emisiones de hollín y azufre de posibles incendios forestales.
La NASA ya ha mostrado especial interés en Bennu, recolectando 120 gramos de muestras del asteroide en 2023 a través de la misión Osiris-Rex. Los análisis recientes han revelado hallazgos significativos, incluyendo la presencia de minerales esenciales para la vida en antiguas salmueras dentro del asteroide.
Este estudio cobra especial relevancia considerando la historia de impactos de asteroides en la Tierra, recordando el devastador evento de Chicxulub hace 66 millones de años, que provocó la extinción de los dinosaurios. Aunque Bennu es considerablemente más pequeño, sus efectos potenciales subrayan la importancia de la vigilancia y estudio continuo de objetos cercanos a la Tierra.