El reciente ataque de Irán a Israel con 180 misiles ha aumentado las tensiones en Oriente Medio, aunque el ataque causó pocos daños. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió una «represalia significativa», lo que ha generado especulaciones sobre un posible ataque israelí a la infraestructura petrolera iraní. A medida que los precios del petróleo se disparan, las consecuencias económicas podrían extenderse globalmente, afectando la inflación y las tasas de interés.
El riesgo de un conflicto mayor
El conflicto entre Israel e Irán podría centrarse en los activos petroleros de Irán, particularmente en la isla Charg, que alberga la principal terminal de exportación de petróleo del país. Un ataque a esta infraestructura podría retirar hasta 2 millones de barriles diarios del mercado, lo que llevaría los precios del petróleo a más de 200 dólares por barril, según analistas. Esto tendría repercusiones serias en la economía global, ya que los precios de la energía son fundamentales para controlar la inflación.
Consecuencias para la inflación y la economía global
El aumento del precio del petróleo, provocado por las tensiones geopolíticas, tendría un impacto directo en la inflación, ya que el costo de la energía influye en prácticamente todos los sectores. Si los precios del petróleo aumentaran drásticamente, como ocurrió durante la crisis del petróleo en los años 70, los bancos centrales podrían verse obligados a elevar las tasas de interés, lo que afectaría el crecimiento económico global, la inversión empresarial y el consumo de los hogares.
Posibles respuestas de Israel
Aunque los funcionarios israelíes enfrentan presión interna para responder con fuerza, analistas como Avner Cohen sugieren que un ataque a la infraestructura económica iraní podría desestabilizar aún más la región y afectar a la economía mundial. Netanyahu podría optar por una respuesta más simbólica, atacando objetivos militares o del régimen iraní, para evitar una escalada total que implique a actores como Hezbolá o Estados Unidos.
Conclusión: Un conflicto con consecuencias globales
El enfrentamiento entre Israel e Irán no solo tiene implicaciones militares, sino también económicas, especialmente en el contexto de la producción petrolera. Cualquier acción contra las instalaciones críticas de Irán podría desencadenar una crisis energética, elevando los precios del petróleo y desestabilizando los esfuerzos globales para controlar la inflación.