El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado un ultimátum a Hamas, dándoles hasta el domingo a las 18:00 horas de Washington (22:00 GMT) para aceptar un plan de tregua y liberación de rehenes en Gaza. De lo contrario, advierte, el grupo islamista palestino enfrentará consecuencias devastadoras.
Trump, utilizando su plataforma Truth Social, describió a Hamas como una «amenaza despiadada y violenta» responsable de la «MASACRE del 7 de octubre en Israel». Afirmó que más de 25.000 combatientes de Hamas ya han sido eliminados y que el resto están «atrapados militarmente», esperando su orden para ser aniquilados.
El ultimátum viene acompañado de un llamado a los palestinos inocentes para que abandonen las zonas de peligro en Gaza y se dirijan a áreas más seguras, donde, según Trump, serán atendidos. Sin embargo, también ofrece a Hamas una «última oportunidad» de aceptar un acuerdo de paz negociado con el respaldo de las principales naciones de Medio Oriente y Estados Unidos, y con la firma de Israel. Este acuerdo, según Trump, perdonaría la vida de los combatientes restantes de Hamas.
El plan de paz, cuyos detalles no han sido completamente revelados, promete poner fin a la violencia y el derramamiento de sangre, y exige la liberación de todos los rehenes, incluyendo los cuerpos de los fallecidos. Trump enfatizó que, de una forma u otra, habrá paz en Medio Oriente.
Este anuncio sigue a la presentación, el miércoles pasado, de un plan de 20 puntos propuesto por Trump para poner fin a la guerra en Gaza. El plan, que según Trump cuenta con el visto bueno del Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, incluye un alto el fuego inmediato, la devolución de rehenes, la liberación de prisioneros palestinos, el desarme de Hamas y una reconstrucción integral de Gaza bajo una autoridad internacional liderada por el propio Trump.
Netanyahu agradeció el esfuerzo de Trump y advirtió que, si Hamas rechaza el plan, Israel mantendrá el respaldo total de Washington para continuar su ofensiva.
El plan, presentado en Washington, combina elementos militares, humanitarios y políticos. Propone convertir Gaza en una «zona desradicalizada y libre de terrorismo», reconstruida para el beneficio de su población y gobernada por una administración de transición tecnocrática. Establece un calendario preciso que incluye la devolución de rehenes en 72 horas, la liberación simultánea de prisioneros palestinos y el despliegue de una fuerza internacional para controlar la seguridad. También contempla incentivos económicos, la creación de una zona especial de desarrollo y la posibilidad de la autodeterminación palestina una vez que la Autoridad Nacional Palestina complete reformas internas.
Trump ha declarado que este acuerdo no se trata solo de Gaza, sino de una paz más amplia en Medio Oriente.