Las negociaciones entre la Unión Europea (UE) e India han entrado en una fase crítica, con el objetivo ambicioso de concretar un acuerdo de libre comercio antes de que finalice el año. Este anuncio fue realizado por Maros Sefcovic, alto responsable de comercio de la UE, quien destacó la importancia de este pacto para impulsar el crecimiento económico y fortalecer las relaciones bilaterales.
El acuerdo busca «desbloquear inversiones, reducir barreras, ampliar el acceso a mercados y fortalecer las cadenas de suministro, en beneficio de ambos lados», según Sefcovic. La UE ya es el principal socio comercial de India en bienes, con un intercambio bilateral que alcanzó los 137.500 millones de dólares en el ejercicio fiscal 2023/24, lo que representa un notable aumento del 90% en la última década.
Este renovado impulso a las negociaciones, que se relanzaron en 2022, se produce en un contexto internacional marcado por la incertidumbre. La posible reelección de Donald Trump en Estados Unidos ha llevado a Bruselas a acelerar la búsqueda de alianzas comerciales, cerrando acuerdos con México y el bloque sudamericano Mercosur, además de intensificar los contactos con India, Indonesia y los Emiratos Árabes Unidos.
Piyush Goyal, ministro de Comercio de India, reafirmó el compromiso de su país con el proceso, asegurando que los negociadores están trabajando intensamente para lograr un acuerdo equilibrado y mutuamente beneficioso. Este acuerdo, según Goyal, abriría oportunidades significativas en comercio, inversiones, transferencia tecnológica y una mayor integración económica.
La delegación europea en Nueva Delhi cuenta con la participación del comisario de Agricultura de la UE, Christophe Hansen, quien está llevando a cabo conversaciones clave para resolver las diferencias en sectores sensibles como la agricultura, los productos lácteos y las barreras no arancelarias.
Según fuentes cercanas a las negociaciones, la UE está presionando para lograr una reducción sustancial de aranceles en sectores como automóviles, dispositivos médicos, vinos, licores y productos lácteos. Por su parte, India busca un mayor acceso al mercado europeo para sus textiles, productos farmacéuticos, acero y derivados del petróleo.
El camino hacia este acuerdo no ha estado exento de obstáculos. Durante años, la resistencia de Nueva Delhi a reducir los aranceles en ciertos sectores considerados sensibles ha frenado el progreso. Entre las demandas europeas se encuentran recortes a tasas que superan el 100% sobre automóviles importados, whisky y vino, mientras que India busca una ampliación del acceso para varios de sus principales productos de exportación.
La conclusión exitosa de este acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea e India tendría un impacto significativo en el panorama económico global, fortaleciendo las relaciones bilaterales y creando nuevas oportunidades para el crecimiento y la prosperidad en ambas regiones. Los próximos meses serán cruciales para superar los obstáculos restantes y alcanzar un acuerdo que beneficie a ambas partes.