El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, rechazó enérgicamente los llamados de Estados Unidos a rendirse ante los intensos ataques israelíes y advirtió que cualquier intervención militar de Washington en el conflicto causaría «daños irreparables». Esta declaración se realizó en un mensaje televisado, marcando su segunda aparición pública desde el inicio de las hostilidades.
La respuesta de Jamenei se produce un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, exigiera una «RENDICIÓN INCONDICIONAL» a través de redes sociales, advirtiendo que Washington conocía su paradero, aunque sin planes inmediatos para eliminarlo. Trump, quien inicialmente se había mostrado distante del ataque sorpresa israelí, ha insinuado una mayor implicación estadounidense, expresando su deseo de algo «mucho más grande» que un simple alto el fuego. Además, Estados Unidos ha incrementado su presencia militar en la región con el despliegue de aviones de combate y buques de guerra.
«Irán no es una nación que se rinde», declaró Jamenei, desestimando las amenazas de Trump como «absurdas». En el video, con una calidad de imagen modesta y un ligero eco en su voz, Jamenei afirmó: «Las personas sabias que conocen a Irán, su gente y su historia, nunca se dirigirían a esta nación con un lenguaje de amenazas, porque la nación iraní no es una nación que se rinde». Advirtió además que «cualquier participación militar de Estados Unidos sin duda resultará en daños irreparables para ellos».
Previamente a la emisión del video, se divulgó una declaración escrita del líder supremo, posiblemente como medida de seguridad. Su paradero actual es desconocido, y el video se centró en un plano cerrado que mostraba cortinas beige, la bandera iraní y un retrato del ayatolá Ruhollah Jomeini, su predecesor desde 1989.
Un diplomático iraní advirtió que una intervención estadounidense podría escalar el conflicto a una «guerra total». El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Esmail Baghaei, no proporcionó detalles adicionales, pero cabe destacar que miles de soldados estadounidenses están estacionados en países vecinos, dentro del alcance de las armas iraníes. Estados Unidos ha respondido con la amenaza de una respuesta contundente ante cualquier ataque.
Otro funcionario iraní reiteró que el país continuará enriqueciendo uranio con fines pacíficos, rechazando las exigencias de Trump de abandonar su programa nuclear.
Ataques israelíes recientes han impactado instalaciones de fabricación de centrifugadoras de uranio y componentes de misiles, según informes del ejército israelí. Israel también afirmó haber interceptado diez misiles durante la noche, mientras que los ataques de represalia iraníes han disminuido en intensidad. La agencia nuclear de la ONU confirmó que dos instalaciones de producción de centrifugadoras fueron atacadas cerca de Teherán. El ejército israelí también reportó ataques en el oeste de Irán, dirigidos a sitios de almacenamiento de misiles y lanzadores cargados. Estos ataques han causado daños a instalaciones nucleares y militares, además de la muerte de altos generales y científicos nucleares.
Un grupo de derechos humanos con sede en Washington, Human Rights Activists, informó que al menos 585 personas han muerto, incluyendo 239 civiles, y más de 1300 han resultado heridas. Irán, por su parte, ha lanzado alrededor de 400 misiles y cientos de drones en ataques de represalia, causando la muerte de al menos 24 personas en Israel y dejando a cientos de heridos. Algunos proyectiles han impactado edificios de apartamentos en el centro de Israel, causando graves daños, y las sirenas antiaéreas han obligado a la población a buscar refugio en repetidas ocasiones.
La disminución en el lanzamiento de misiles por parte de Irán, aunque no explicada oficialmente, se produce tras ataques israelíes a puestos de lanzamiento e infraestructura relacionada.
Israel ha aliviado algunas restricciones impuestas a la vida diaria, levantando la prohibición de pequeñas reuniones y permitiendo la reapertura de lugares de trabajo con refugios cercanos.
Human Rights Activists identificó a 239 civiles y 126 miembros de seguridad entre los fallecidos en los ataques israelíes. Este grupo, que también proporcionó datos sobre las víctimas de las protestas de 2022 por la muerte de Mahsa Amini, verifica los informes locales a través de su red de fuentes en el país. Irán no ha publicado cifras oficiales de muertes durante el conflicto, minimizando las bajas en el pasado. Su informe más reciente situaba el número de fallecidos en 224 y el de heridos en 1277.
En Teherán, las tiendas han cerrado, incluyendo el Gran Bazar, mientras la gente hace cola para repostar gasolina y las carreteras que salen de la capital están congestionadas por personas que intentan huir. Una gran explosión sacudió Teherán el miércoles por la mañana, tras otras explosiones nocturnas. Las autoridades iraníes no han reconocido estos ataques, una práctica cada vez más común a medida que se intensifica la campaña israelí. Un ataque pareció dirigirse al barrio de Hakimiyeh, en el este de la ciudad, donde la Guardia Revolucionaria tiene una academia.
Irán insiste en que continuará enriqueciendo uranio, mientras que Israel justifica su campaña de ataques aéreos como una medida para evitar que Irán desarrolle armas nucleares. La ofensiva se produce en medio de negociaciones sobre un posible acuerdo diplomático en torno al programa nuclear de Teherán. Irán ha mantenido que su programa nuclear tiene fines pacíficos, aunque era el único estado no nuclear que enriquecía uranio a un 60%, un paso técnico antes de alcanzar el nivel de grado armamentístico del 90%. Las agencias de inteligencia de Washington no creen que Irán esté buscando activamente fabricar una bomba atómica. Israel, por su parte, es el único país de Medio Oriente con armas nucleares, aunque nunca lo ha reconocido públicamente.
El embajador de Irán en Ginebra, Ali Bahreini, afirmó que el país «continuará produciendo uranio enriquecido en la medida en que lo necesitemos para fines pacíficos», rechazando cualquier discusión sobre un retroceso en su investigación y desarrollo nuclear como consecuencia de la ofensiva israelí. «Nuestros científicos continuarán su trabajo», aseveró.
Los vuelos de repatriación israelíes se han reanudado tras el cierre del aeropuerto internacional al inicio del conflicto. Dos aviones procedentes de Larnaca, Chipre, aterrizaron en el Aeropuerto Internacional Ben Gurion de Tel Aviv el miércoles por la mañana. El cierre del espacio aéreo israelí dejó a miles de israelíes varados en el extranjero y ha interrumpido los patrones de vuelo en toda la región.