Lo que nació como un salvavidas para las familias durante la pandemia —el Vale Digital— se convirtió en una fosa para el fraude. Luis Oliva, exdirector de la Autoridad para la Innovación Gubernamental (AIG), fue detenido ayer en el marco de la operación “Espejo de Cristal”, vinculado al caso LISTO y al manejo irregular de fondos destinados a becas, el Pase-U y el mencionado Vale Digital. Se le acusa de corrupción, peculado y asociación ilícita para delinquir. Con él también fue aprendida una abogada ya relacionada con la operación de la plataforma.
Esta es una mancha imperdonable: robar en una crisis sanitaria es un crimen contra la nación. Cuando el hambre, el desempleo y la fragilidad social eran moneda corriente, jugaron con vidas para llenarse los bolsillos. No hay absolución moral posible.
Pero aquí no hay actos aislados. El Ministerio Público ha advertido que la investigación supera los límites de la plataforma LISTO. Las irregularidades podrían alcanzar a figuras del más alto nivel, con el presunto visto bueno del expresidente Nito Cortizo y del vicepresidente Gabriel Carrizo.
Este escándalo muestra una operación estructurada, no un desliz individual: contrataciones directas sin licitación clara, contratos millonarios para empresas desconocidas, funcionamientos oscuros. ¿En qué momento decidieron convertir el Programa de Ayuda en un botín partidista? ¿En qué oficinas del palacio se celebró esta traición social?
Los panameños merecen justicia y transparencia. Pedimos:
- Investigación independiente y pública, incluyendo todos los responsables, sin impunidad.
- Auditorías completas del sistema LISTO y de todas las plataformas creadas durante la pandemia.
- Sanciones ejemplares para quien negoció con el sufrimiento del pueblo.
- Protección efectiva para los más vulnerables sin intermediarios corruptos.
En una democracia decente, el dinero robado debería regresar junto con la dignidad arrebatada. Hoy no pedimos castigos políticos; pedimos que este crimen no encuentre cómplice en la indiferencia.
No hay perdón para quienes saquearon el dolor ajeno. Panamá merece reparación.