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Panamá está ante un punto de inflexión. Ayer, la Corte Suprema de Justicia absolvió a los hermanos Corcione y a otros señalados en el caso New Business, como antes lo hizo con Acha, y la verdad parece abrirse paso entre las sombras de los titulares mediáticos y las persecuciones políticas.
Solo queda un nombre, un símbolo, un hombre que por años ha cargado el peso de una cruz que ya no le corresponde: Ricardo Martinelli Berrocal.
El país ha visto desfilar procesos, acusaciones, titulares ruidosos y juicios mediáticos que buscaban destruir no solo a un político, sino a una figura que, con virtudes y errores, cambió el rumbo económico y social del país. Hoy, cuando los mismos tribunales han reconocido la falta de sustento en los casos colaterales, es hora de cerrar el capítulo del odio y abrir el de la reconciliación nacional.
El Panamá de hoy necesita avanzar
Ya no se trata de bandos, ni de colores, ni de resentimientos políticos.
Se trata de pasar la página y escribir una nueva, donde la justicia no sea usada como herramienta de venganza, sino como el pilar de una nación madura y justa.
Ricardo Martinelli debe ser absuelto no solo por derecho, sino por coherencia. Porque si los supuestos beneficiarios, intermediarios y actores ya han sido exonerados, no hay lógica ni justicia que mantenga al “abuelo” del caso bajo el peso de una acusación vacía.
El país ya no puede seguir preso del pasado.
Necesitamos un New Panamá Era, una etapa donde el desarrollo, la unión y el orgullo nacional prevalezcan sobre el rencor. Donde los proyectos se reactiven, las inversiones regresen y la confianza en las instituciones se fortalezca.
Ricardo Martinelli fue y sigue siendo un protagonista de la transformación económica más visible de las últimas décadas. Su liderazgo, su empuje empresarial y su capacidad de ejecución dejaron huellas que aún benefician a millones de panameños.
No se trata de impunidad, se trata de justicia.
Y la justicia, cuando es selectiva, deja de ser justicia.
Hoy más que nunca, Panamá necesita sanar.
Necesita mirar hacia adelante, hacia una era de progreso, de unión y de oportunidades.
Por eso, con la misma fuerza con la que se persiguió, ahora debe proclamarse:
¡Pasemos del New Business al New Panamá Era y absolvamos a Ricardo Martinelli YA!
