En su reciente gira por Chiriquí el presidente José Raúl Mulino no vino solo a inaugurar obras. Dio un mensaje de país, un mensaje de liderazgo y un mensaje claro: “a mí manera, o no hay manera”. Sus palabras directas y contundentes durante el Consejo Provincial consolidan una visión de gobernanza firme y sin concesiones al caos sindical.
Obras que hablan más que discursos
Durante su visita, Mulino inauguró la escuela Antonio José de Sucre en David, una infraestructura olvidada por más de una década. También recorrió proyectos sociales y educativos en Boquete, destacando el impulso del desarrollo local acompañado por la presencia comprometida de su Gabinete. Estas inauguraciones simbolizan su apuesta por el progreso tangible y la justicia social en el interior del país.
Un mensaje al sindicalismo: ley y orden primero
Fue en ese mismo espacio donde Mulino lanzó duras palabras contra Saúl Méndez, exlíder del SUNTRACS, y otros dirigentes que durante años tenían secuestrada a la provincia con bloqueos y chantajes.
“Si había duda de que cumplo lo que digo, pregúntenle a ese que anda huyendo… era muy machito al frente, pero mírenlo ahora ¿dónde anda?”
El presidente enfatizó que no persigue al sindicalismo, sino que respalda a la justicia, que actúa sobre dirigentes acusados de delitos graves. “Están en la cárcel por maleantes, no por persecución política”, subrayó.
Lo que falta está por salir
Además de los procesos judiciales en curso, el mandatario anticipó que aún falta revelar la verdad sobre irregularidades en la Cooperativa de Servicios Múltiples SUNTRACS, R.L., cuya personería jurídica fue cancelada tras auditorías que detectaron desvíos millonarios hacia terceros ajenos a sus propios asociados.
“La cooperativa dará de qué hablar […] no podemos tener estructuras que secuestran a sus agremiados y chantajean al país”.
¿Por qué este discurso importa?
Claridad y coherencia: Mulino demuestra que no hace política de frases; ejecuta lo que promete.
Equidad y legalidad: Su gobierno respeta a los trabajadores, no a dirigentes inescrupulosos.
Gestión con visión: Mientras combate el caos, inaugura obras que transforman vidas.
Liderazgo con base moral: No hay lugar para impunidad disfrazada de sindicalismo.
Un país bajo una sola bandera
Chiriquí fue el escenario. Pero el mensaje va para todo Panamá. Un país donde las calles deben estar libres, las escuelas llenas y la justicia actuar sin sesgos. Mulino envía un mensaje potente: no hay dos Panamas, no hay Panamá sindicalista ni Panamá ciudadano.
Hay un solo Panamá, con una sola bandera, un solo destino y una sola manera de gobernar: con firmeza y respeto al pueblo.
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