A un año de asumir la Dirección de la Policía Nacional, el Director Jaime Fernández ha demostrado que el liderazgo en materia de seguridad puede ejercerse con visión estratégica, cercanía ciudadana y un compromiso firme con la institucionalidad. En tiempos en que la seguridad pública se ha convertido en uno de los mayores desafíos del Estado, la gestión de Fernández merece ser reconocida por los avances alcanzados y por la ruta clara que ha trazado hacia una policía más moderna, profesional y confiable.
El primer gran acierto ha sido su capacidad de transformar la percepción de la institución ante la ciudadanía. Consciente de que la confianza es un activo intangible, pero vital, Fernández ha impulsado una política de puertas abiertas, acercando a la Policía a las comunidades, fortaleciendo los programas de prevención y fomentando el contacto directo entre unidades y vecinos en barrios, corregimientos y provincias.
En segundo lugar, su gestión ha apostado por la capacitación y la profesionalización constante. Bajo su dirección, se han reforzado los procesos de formación integral de los agentes, haciendo hincapié no solo en el aspecto táctico, sino también en el respeto a los derechos humanos, la transparencia en los procedimientos y la ética del servicio público. Esta visión no solo prepara mejor a la fuerza, sino que también proyecta un nuevo estándar en la forma de ejercer la autoridad.
Asimismo, ha mostrado firmeza y determinación en la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y la delincuencia común. Con operaciones coordinadas y un trabajo conjunto con estamentos nacionales e internacionales, la Policía bajo Fernández ha dado golpes contundentes a estructuras criminales, reafirmando que Panamá no puede ceder un centímetro ante quienes atentan contra la seguridad y la tranquilidad social.
Pero quizás el aspecto más relevante de este primer año ha sido su estilo de liderazgo: cercano a sus hombres y mujeres, exigente en los resultados y transparente en las decisiones. El director Fernández ha sabido equilibrar la disciplina que exige una institución de seguridad con la motivación y el reconocimiento al sacrificio de los agentes que día a día ponen su vida en riesgo por la ciudadanía.
El país aún enfrenta retos enormes en materia de seguridad, y el camino no está exento de dificultades. Sin embargo, lo avanzado en este año deja claro que con liderazgo firme, estratégico y humano, la Policía Nacional puede convertirse en un pilar de confianza y estabilidad para la nación.
En tiempos en que las instituciones demandan credibilidad, la gestión de Jaime Fernández marca un precedente: la seguridad ciudadana debe ser resultado de un liderazgo con visión, cercanía y compromiso. Y ese, sin duda, ha sido el sello de su primer año al frente de la Policía Nacional de Panamá.