El viernes pasado, el contralor general Anel «Bolo» Flores lanzó una crítica directa al Ministerio Público, pidiendo “mayor celeridad” en la investigación de casos como IFARHU, Panama Ports y descentralización paralela, tras la entrega de expedientes que, a su juicio, ya cumplen con los requisitos técnicos.
Al día siguiente, el procurador general Luis Carlos Gómez Rudy respondió en un comunicado oficial que existen “limitaciones” institucionales, y advirtió que aproximadamente 225 auditorías, solicitadas por Fiscalía Anticorrupción, siguen pendientes de entrega por parte de la Contraloría.
En enero, esa cifra ya sumaba 166, una brecha que ha ido creciendo.
Datos clave del contrapunto
225 auditorías faltantes según la Procuraduría (enero: 166).
En el caso Panama Ports Company, se mencionan 22 entrevistas, 5 asistencias técnicas, +70 diligencias, iniciadas tras un envío de auditoría oficiosa.
Sobre el IFARHU, la Procuraduría empezó pesquisas el 10 de junio, tras recibir la auditoría correspondiente.
“Las investigaciones no pueden adelantarse sin bases técnicas… deben resistir el escrutinio judicial”, enfatizó la Procuraduría.
Contexto político
Ambos funcionarios son figuras claves y de confianza del Presidente José Raúl Mulino, estrechando vínculos políticos que hoy se tensan en medio de una disputa por la eficiencia y la rendición de cuentas.
Flores, por su parte, ha reiterado que ya cumplió con entregar expedientes completos, incluyendo casos emblemáticos como el de IFARHU y Panama Ports.
¿Quién tiene la razón?
El contralor sostiene que la Contraloría ha entregado la información técnica necesaria y que es el Ministerio Público quien debe actuar con mayor prontitud.
Mientras que el procurador afirma que sin auditorías completas no puede avanzar y que la Contraloría aún tiene pendiente la entrega de 225 procesos.
En resumen:
Viernes 14 junio: Flores exige rapidez al MP.
Sábado 15 junio: La Procuraduría defiende su gestión y señala la falta de auditorías técnicas como el verdadero obstáculo.
Este choque de discursos revela una tensión creciente entre dos altas, y hasta hace poco alineadas, figuras del Estado panameño. La pugna –de fondo institucional y de fondo político– será una de las noticias clave del lunes.