Esta entrevista es un extracto de conversaciones que sostuve con Manuel Antonio Noriega en el año 2015 dentro del Centro Penal el Renacer.
Aldo López Tirone:
General Noriega, gracias por aceptar esta entrevista. Han pasado décadas desde el 20 de diciembre de 1989. Hoy no le hablo al político ni al militar, sino al panameño. ¿Qué siente cuando escucha esa fecha?
Manuel Antonio Noriega:
(Espacio largo de silencio)
Esa fecha no se escucha… se carga.
El 20 de diciembre es una cicatriz que Panamá y yo llevamos, aunque muchos quieran separarlas. Fue el día en que el poder mostró su verdadero rostro y el pueblo pagó el precio más alto.
Aldo:
Miles de panameños murieron. Civiles. Familias enteras. ¿Asume usted alguna responsabilidad por ese desenlace?
Noriega:
La historia no es blanca ni negra, Aldo.
Yo tomé decisiones como jefe de Estado y jefe militar, sí. Decisiones en un tablero donde Panamá no era el jugador principal, sino la mesa.
Pero quien lanzó las bombas, quien ordenó disparar sobre barrios enteros, no fue Panamá.
Aldo:
Hay quienes sostienen que usted pudo evitar la invasión.
Noriega:
Eso lo dicen quienes nunca estuvieron sentados frente al imperio con un país pequeño como escudo.
Panamá era estratégica, no soberana.
Yo fui útil… hasta que dejé de serlo.
Aldo:
¿Y las víctimas panameñas? ¿Qué les diría hoy, mirándolas a los ojos?
Noriega:
Que ninguna causa justifica la muerte de un inocente.
Que el uniforme no protege del remordimiento.
Que los muertos civiles no son “daños colaterales”, son nombres que pesan en la conciencia de una nación y en la mia por supuesto.
Aldo:
¿Se arrepiente comandante?
Noriega:
El arrepentimiento llega tarde cuando la pólvora ya habló.
Pero sí… lamento profundamente que Panamá haya sido el campo de batalla de intereses ajenos.
Y lamento que el pueblo haya pagado lo que las élites negociaron.
Aldo:
Si pudiera decirle algo al Panamá de hoy, ¿qué sería?
Noriega:
Que no confunda memoria con odio.
Que no entregue su soberanía a cambio de promesas.
Que recuerde el 20 de diciembre no para dividir, sino para no repetir.
Aldo:
General Noriega, esta entrevista no busca absolver ni condenar, sino entender. Gracias por responder.
Noriega:
La historia no necesita defensores… necesita verdad.
Estas conversaciones fueron parte de varios días de charlas entre quien fuera el hombre más fuerte de Panamá y Aldo López Tirone.
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