Nito Cortizo: el fantasma de los fondos públicos
La pasada administración (2019‑2024) encabezada por Laurentino “Nito” Cortizo está bajo la lupa por múltiples escándalos:
Hospital modular de Albrook: costo de $12 millones, adjudicado sin competencia real — SmartBrix cobró $6.5 millones, luego el edificio fue abandonado.
“Vale digital” y IFARHU: fueron distribuidos fondos a influencers, familiares y políticos del PRD sin transparencia. Incluso una quesería intentó redimir $1 millón en bonos.
Masiva nómina inflada: 2700 empleados extra en el Ministerio de Vivienda, golpeando el presupuesto nacional.
Concesiones de tierras y aeropuerto en Colón: auditorías revelaron irregularidades en alquiler de terrenos de más de un millón de m².
Deuda pública: se incrementó en +$20.000 millones, sin claras explicaciones del gasto real — más deuda para subsidiar exoneraciones a los ricos, según usuarios en Reddit.
A pesar de estas denuncias, hasta ahora solo mandos menores han sido procesados. El exmandatario y su círculo permanecen prácticamente invisibles mediáticamente, sin investigaciones profundas.
Gaby Carrizo: vuelo en jet oficial con fines personales
José Gabriel “Gaby” Carrizo, vicepresidente en ese periodo, acumula señalamientos graves:
Uso de aeronave del Estado (Cessna HP‑20A) para campañas políticas y asuntos personales — tres denuncias están en la Fiscalía, remitidas a Anticorrupción.
Omisiones condenables: ignoró una auditoría que detectó redención fraudulenta de bonos por casi $1 millón en el programa «vale digital», sin actuar.
Conflictos de interés ambientales: se le relacionó con la minera Petaquilla/First Quantum — su madre figura en altos cargos y su rol como abogado plantea dudas éticas.
Pese a ello, Carrizo se ha mantenido ausente, protegido políticamente, sin enfrentar consecuencias reales por estas acusaciones, mientras Fiscalía avanza tímidamente en procesos.
¿Dónde están los altos responsables?
El gobierno actual, encabezado por José Raúl Mulino, prometió abrir carpetas ante el Ministerio Público —y se han presentado denuncias—, pero:
Falta de acción efectiva: las indagaciones no alcanzan a Cortizo y Carrizo, quienes aún no enfrentan interrogatorios ni medidas cautelares.
Mandos medios en la mira, no los jefes: existe una clara disparidad entre los perseguidos y los que supuestamente dirigieron el pillaje.
Ausencia mediática: ambos políticos han desaparecido del foco público, hábiles en mantenerse fuera del alcance de periodistas e investigaciones — testimonio reforzado por voces sociales que consideran que “están muertos de la risa, escondidos, gastándose la plata”.
El contraste: cero cuentas para los poderosos
Mientras subalternos enfrentan la justicia, Cortizo y Carrizo eluden responsabilidades con total impunidad. Se esconden tras fueros, procesos diluidos y un silencio mediático cómplice. Las promesas de “investigar a todo nivel” terminan dejando intactas las figuras que orquestaron el despilfarro.
“Nito y Gaby, los cabecillas del Despilfarro: ¿dónde están?”
Continúan ocultos. No se les investiga ni fiscaliza, mientras se persiguen cargos menores. El verdadero reto para Panamá es que las investigaciones lleguen a la cúspide del poder. Solo así se podrá castigar a quienes permitieron —y se beneficiaron de— el saqueo de los recursos nacionales.
¿Y tú qué opinas del silencio mediático y judicial que rodea a Nito y Gaby?