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El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) ha ejecutado una operación de alto impacto en la compleja región de Darién, logrando desarticular una red criminal transnacional y desactivar peligrosas minas antipersonales. Esta ofensiva, denominada Operación Centinela, reafirma el compromiso de las fuerzas de seguridad panameñas en la lucha contra el crimen organizado que amenaza la frontera oriental del país.
Operación Centinela: Un Escudo Fronterizo del Senafront
Bajo la dirección del comisionado Larry Solís Velásquez, el Senafront lanzó la Operación Centinela tras recibir una alerta crucial del Ejército de Colombia. Esta acción se enfocó en el control territorial de la zona fronteriza, respondiendo a la creciente preocupación por la incursión de grupos criminales que no solo facilitan el tráfico de migrantes, sino que también ponen en riesgo la vida de los habitantes, incluyendo comunidades indígenas.
La misión principal fue neutralizar las amenazas, y uno de los hallazgos más alarmantes fue la desactivación de cinco artefactos explosivos improvisados (AEI), conocidos como minas antipersonales. Dos de estos explosivos fueron encontrados cerca de la Base Binacional La Olla y los otros tres en Alto Limón. Por su fabricación y características, el Senafront ha confirmado que estos dispositivos son propios de estructuras criminales como el Clan del Golfo, evidenciando la sofisticación y el peligro de su presencia.
Desactivación de Minas y Capturas Clave
Para llevar a cabo esta operación de gran envergadura, el Senafront desplegó una ofensiva con más de 300 efectivos de su Brigada de Fuerzas Especiales, enmarcada en el Plan Firmeza y la propia Operación Centinela. Este despliegue masivo permitió asestar un golpe significativo al tráfico de migrantes, una de las actividades ilícitas más lucrativas en la región.
Los efectivos detectaron pequeñas embarcaciones, conocidas como piraguas, que transportaban a 33 extranjeros. Las capturas no se hicieron esperar: dos ‘coyotes’ de nacionalidad colombiana fueron detenidos, junto con ocho personas que arrojaron alertas biométricas. Además, la operación reveló la alarmante infiltración de redes transnacionales con la detención de dos sujetos vinculados directamente al peligroso grupo criminal Tren de Aragua.
Combate al Narcotráfico y Grupos Armados
La ofensiva del Senafront no se limitó a tierra. El Batallón de Botes Especiales extendió la operación por vía marítima, interceptando embarcaciones en La Palma y Jaqué. Un importante cargamento de 110 paquetes de presunta droga fue incautado en el Caribe, resultando en la captura de cinco panameños y la confiscación de celulares y radios de comunicación, herramientas esenciales para estas redes delictivas.
La situación escaló en el río Membrillo, donde una patrulla del Senafront se enfrentó a hombres armados. Tras un intercambio de fuego, se logró la captura de tres panameños que vestían uniformes pixelados y portaban una escopeta, municiones calibre AK-47 y pertrechos de guerra. Un detalle crucial fue el hallazgo de un brazalete del grupo Gaitanista de Colombia, Frente Efraín Guardia, una organización criminal tristemente conocida por su dedicación al narcotráfico.
Impacto y Compromiso del Senafront con la Seguridad Nacional
El control territorial es un pilar fundamental en los procesos operacionales del Senafront. Estas acciones en la frontera oriental de Panamá no solo demuestran la contundencia de las unidades especializadas en la represión del delito, sino que también tienen un impacto directo y positivo en la seguridad pública y nacional. La presencia y la acción decidida del Senafront son cruciales para mitigar el riesgo que los delitos convergentes representan para el país y sus ciudadanos, garantizando un frente seguro y estable.
