Este lunes, Panamá se convierte en escenario de cierres de vías, marchas y protestas callejeras lideradas por gremios y la población civil. La razón detrás de esta movilización es la oposición y la exigencia de la derogatoria del controvertido contrato de concesión entre la compañía Minera Panamá y el Estado, que fue aprobado, sancionado y publicado en la Gaceta Oficial de forma apresurada, según denuncian los críticos.
Los gremios docentes y los obreros de la construcción, representados por el aguerrido Suntracs, fueron los primeros en anunciar estas acciones de protesta que tienen el potencial de paralizar el país y causar pérdidas económicas significativas.
El dirigente magisterial Luis López informó que los gremios se reunieron durante todo el fin de semana y acordaron celebrar una asamblea general en la iglesia del Carmen a las 8 de la mañana. Esta asamblea reunirá a representantes de 22 gremios docentes y educadores en general.
Simultáneamente, los gremios docentes cerrarán calles en áreas estratégicas de varias provincias, incluyendo Chiriquí, Veraguas, Coclé, Colón, y la ciudad capital. Este cierre de calles estará acompañado de la suspensión de clases durante 24 horas.
Es importante destacar que esta suspensión de clases no entró en conflicto con la postura del Ministerio de Educación, ya que la entidad anunció el cierre de todas las escuelas a nivel nacional para garantizar la seguridad de los estudiantes durante las protestas.
La movilización no se limita a los gremios docentes; un conjunto de organizaciones religiosas agrupadas en La Red Eclesial Ecológica Mesoamérica – Panamá (REMAM) también expresaron su rechazo al contrato de concesión minera. Argumentan que la explotación minera causará una destrucción incontrolada del Corredor Biológico Mesoamericano y de las comunidades cercanas.
Además de los gremios docentes y las organizaciones religiosas, los profesores universitarios agrupados en la Apudep han solicitado una reunión extraordinaria del Consejo General Universitario para establecer una estrategia de lucha.
Estas protestas sin duda generarán congestión vehicular en todo el país, afectando vías y carreteras clave, incluyendo la Avenida Boyd Roosevelt, Transístmica a la altura de Villa Zaita, Felipillo, los Corredores Norte y Sur, y muchas otras ubicaciones.
En respuesta a las protestas, la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) suspendió las actividades académicas de forma presencial en varios campus. De manera similar, la Universidad Santa María La Antigua (Usma) anunció la suspensión de clases presenciales e inició actividades virtuales.
La Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá emitió un comunicado instando a buscar formas de protesta que atraigan la atención pública sin perjudicar a terceros a través del cierre de vías. Argumentaron que las pérdidas económicas y las oportunidades desperdiciadas son incalculables, y que el impacto recae principalmente en los panameños asalariados.
Las protestas de hoy buscan la derogatoria de la controvertida Ley 406, que según los críticos, fue aprobada de forma apresurada y publicada en la Gaceta Oficial en un tiempo récord. Las movilizaciones se presentan como una expresión de la indignación de la población ante lo que consideran una falta de ética en la aprobación de un contrato que podría tener consecuencias significativas para el país. La sociedad civil en Panamá se une en un esfuerzo conjunto para ejercer presión y exigir un cambio en la dirección de la política minera del país.
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