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En las horas previas a la histórica ceremonia del Premio Nobel de la Paz 2025, la ciudad de Oslo se ha convertido en el epicentro de la diplomacia hemisférica. El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ha sostenido una serie de encuentros estratégicos con figuras clave de la política americana, quienes han cerrado filas en torno a su gestión y su postura en defensa de la democracia.
El mandatario panameño se encuentra en Noruega para acompañar a la líder venezolana María Corina Machado, quien recibirá el máximo galardón de la paz este miércoles. En este contexto, Mulino se ha erigido como un interlocutor central para la estabilidad regional.
Encuentro con Edmundo González y el bloque venezolano
Uno de los momentos más significativos de la jornada fue la reunión con Edmundo González, reconocido internacionalmente y por el Gobierno panameño como el presidente electo de Venezuela tras los últimos comicios. González, quien arribó a la capital noruega junto a su familia, expresó su profundo agradecimiento a Mulino por el respaldo diplomático brindado durante la crisis política venezolana.
A este reconocimiento se sumó Clara Machado, hermana de la galardonada, quien destacó que el apoyo del mandatario panameño ha sido «clave» en la lucha sostenida por la recuperación de la libertad en Venezuela.
Respaldo de Estados Unidos y Colombia
La agenda del presidente Mulino también incluyó un diálogo con el expresidente de Colombia, Iván Duque. Ambos líderes analizaron la compleja situación geopolítica del hemisferio, coincidiendo en la necesidad urgente de fortalecer las instituciones democráticas frente a los desafíos autoritarios de la región.
Por su parte, la congresista estadounidense María Elvira Salazar abordó al jefe de Estado panameño para manifestarle su admiración directa. Salazar elogió no solo la administración interna de su gobierno, sino especialmente su «lucha internacional por defender los derechos democráticos», consolidando así la imagen de Panamá como un aliado estratégico de los valores occidentales.
Estos encuentros reafirman el rol de Panamá en el escenario internacional, posicionando al país como un actor relevante en la defensa de los derechos humanos y la democracia en América Latina.
