Por: Carlos B Castillo
En el mundo marítimo, donde la discreción suele navegar mejor que la verdad, hay nombres que aparecen una y otra vez cuando la marea se torna oscura. Uno de esos nombres es Pablo Torres Chong, un empresario panameño cuya trayectoria está salpicada por episodios donde siempre parece haber más preguntas que respuestas.
Hoy, dos casos que, en teoría, no deberían cruzarse, empiezan a verse unidos por un patrón inquietante: la presencia constante de Pablo Torres Chong en operaciones marítimas que terminan envueltas en misterio, pérdida humana o narcotráfico.
I. El Remolcador Fantasma: Sea Voyager II y la Desaparición que Nadie Explica
El 19 de enero de 2023, el remolcador Sea Voyager II, de bandera tanzana, desapareció en un supuesto siniestro frente a las costas de Cartagena, Colombia.
Nueve tripulantes iban a bordo. Cuatro sobrevivieron.
Cuatro desaparecieron para siempre.
Entre ellos, el panameño Rodrigo Silva, oficial de marina, hijo de una familia que sigue exigiendo respuestas mientras las autoridades manejan el caso con un silencio inexplicable.
Lo que comenzó como un “accidente marítimo” terminó revelando detalles inquietantes:
El armador habría sido Manuel Antonio Joannou Chávez, conocido como “Manoli”.
Su primo, Miguel Ángel Benjamin Joannou, señalado como representante legal, estuvo preso por delitos de droga.
Ambos, según documentos y testimonios, operaban embarcaciones vinculadas a redes comerciales asociadas a Pablo Torres Chong.
Empresas mencionadas en la carpeta 15012023003 de la Dirección General Marítima de Cartagena (DIMAR) incluyen nombres conectados a estructuras marítimas offshore como Dolphin Trucks, Mikaela Management y Hellenick Broker Marine Inc.
El caso del Sea Voyager II nunca fue completamente aclarado:
¿Hubo un siniestro? ¿O el mar fue usado, una vez más, como cortina para otra operación turbia? Tres años después, las familias —incluida la del oficial panameño Rodrigo Silva— siguen esperando.
II. El Remolcador Oceanic Tug y los 13 Mil Kilos de Cocaína
En noviembre de 2025, Panamá se estremeció con la incautación de 13,508 kilos de cocaína dentro del remolcador Oceanic Tug, también de bandera tanzana.
Una embarcación que, según registros públicos y reportes periodísticos, estuvo vinculada a empresas asociadas a Pablo Torres Chong.
Torres, tras la captura, renunció a su puesto en la Cámara Marítima de Panamá, mientras insistía en que el barco había sido vendido desde 2023.
Pero los registros comerciales indican movimientos que no terminan de cuadrar.
El patrón vuelve a repetirse:
Embarcaciones de bandera tanzana
Empresas marítimas en estructuras offshore
Socios y operadores relacionados a episodios previos
Tripulaciones con historias confusas
Silencios administrativos en investigaciones internacionales
Y ahora, en este segundo caso, no se trataba de desaparecidos…
sino de cargamentos millonarios de cocaína.
III. ¿Coincidencias? ¿O un Mismo Ecosistema Operando en las Sombras?
Cuando dos remolcadores distintos, en dos países distintos, terminan envueltos en tragedias, crimen organizado o desapariciones; cuando los nombres detrás de las operaciones vuelven a cruzarse; cuando empresas offshore aparecen repetidamente en expedientes reservados…
…el margen para “simple coincidencia” se vuelve muy delgado.
En ambos casos:
Los barcos estaban envueltos en rutas entre Cartagena y Panamá.
Había participación de empresas marítimas asociadas a Pablo Torres Chong o a sus círculos comerciales.
Los operadores legales tenían vínculos previos con procesos por narcotráfico.
Las autoridades emitieron comunicados ambiguos, contradictorios o tardíos.
Las familias afectadas quedaron sin respuestas claras.
Y lo más inquietante: cada vez que el océano encubre un misterio, el nombre de Pablo Torres vuelve a flotar.
IV. El Caso Rodrigo Silva: La Herida que No Cierra
En el centro de toda esta trama hay un dolor humano que ninguna nota amarilla puede ignorar. Rodrigo Silva, oficial panameño de marina, desapareció en el Sea Voyager II.
Su familia lleva tres años exigiendo lo mismo:
¿Qué pasó realmente con ese remolcador?
¿Por qué nombres vinculados a narcotráfico operaban la nave?
¿Por qué la investigación en Colombia parece avanzar a cuentagotas?
¿Por qué hay empresas repetidas en ambos casos?
¿Por qué Pablo Torres Chong aparece siempre en la periferia de estos episodios turbios?
Mientras no haya respuestas, mientras los expedientes duerman, mientras las autoridades eviten conectar los puntos… la sospecha será inevitable.
V. La Pregunta Final: ¿Quién Protege a Quién?
El mar guarda secretos.
Las empresas offshore también.
Pero la repetición de nombres, barcos, banderas y tragedias ya no parece una casualidad:
parece un sistema.
Un sistema donde:
Los barcos desaparecen.
Las drogas aparecen.
Los tripulantes callan… o desaparecen.
Y los nombres detrás, como Pablo Torres Chong, siempre logran mantenerse a flote.
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